El Partido Popular se cree tanto su papel, que de vez en cuando salen a escena algunos de sus representantes más célebres, abren la boca, sueltan alguna tontería máxima y se quedan tan anchos. Es como una carrera de relevos. Pero aquí, lo que se pasan de mano en mano los atletas, es la capacidad para intentar tomarle el pelo a los ciudadanos. Este domingo, el turno le ha tocado a Esperanza Aguirre.
La expresidenta de la Comunidad de Madrid dice que se encuentra bien, después de haberse contagiado de coronavirus. No tanto el marido: "Mi marido está más débil porque él tuvo neumonía". La que se ha querido hacer la fuerte y la valiente ha sido ella, sacando pecho de su gestión sobre la sanidad madrileña: "Tienen muchos más sanitarios de los que tenían hace diez años. Cuando yo me fui, no solamente no bajamos nunca el presupuesto de Sanidad, sino que construimos 12 hospitales públicos nuevos". Y se ha quedado tan ancha.
La desvergüenza de Aguirre, y la tibieza, según muchos espectadores, de la presentadora, han sulfurado la audiencia, que ha hundido a la una, por tener mucha barra, y a la otra, por hacer masajes a alguien como Esperanza Aguirre:
Curioso comprobar como el único momento de tensión ha llegado cuando Aguirre le ha buscado las cosquillas con su cadena de televisión: "A mí esto de que el Gobierno les de 15 millones de euros... A mí los medios de comunicación me parecen que son esenciales, y si en vez de dar 15 millones a repartir en subvenciones, les hubiera quitado 15 millones en impuestos, yo estaría totalmente de acuerdo. Pero eso de que ahora sean unos medios subvencionados no me gusta":