La programación televisiva de los domingos recupera un clásico: vuelve 'Salvados' de la mano de Fernando González, 'Gonzo'. Lo hace con un programa dedicado al impacto del coronavirus y la gestión que se ha hecho desde las instituciones. Especial atención al caso madrileño, con una invitada "ilustre", Esperanza Aguirre. La expresidenta madrileña repite aparición en este espacio. Y ella es de hacer las cosas "bien hechas": si se tiene que repetir, lo hace hasta el final. Eso quiere decir sacar a pasear su carácter irascible, prepotente y chulesco, como demostró ante Jordi Évole en febrero de 2015. En aquella ocasión, la expresidenta del PP madrileño abandonó la grabación de malas maneras, porque se habían excedido 10 minutos del horario previsto en la agenda de la 'Grande de España'. Grande, grande, su mala educación. Este fue el momento.
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5 años después, Aguirre (que tiene al marido muy grave a causa de un ictus) ha vuelto a dejar plantado a 'Salvados', protagonizando un numerito penoso. ¿Qué ha molestado a Esperanza? Las preguntas de Gonzo, ni más ni menos. El polémico nuevo hospital de pandemias en la capital de España, una obra multimillonaria, caótica y para el que no hay personal sanitario. Un éxito de la administración Ayuso, otrora community manager del perro de Esperanza. Ahora es la exjefa la que muerde por Ayuso: como no quería responder a las cuestiones punzantes que le planteaban, se molesta y se marcha a la brava. El programa muestra el momento en un aperitivo para cebar la cita televisiva, en el que se escucha la discusión: "Se han acabado las preguntas. Usted quiere que haga lo mismo que con Évole, que me vaya". Gonzo interviene: "quiero que me responda". Espe: "¿sabe qué pasa? ¡Que me voy a ir! ¡Hala!" Aguirre tiene 68 años pero se comporta como una criatura de 5 cuando las cosas no son como ella quiere. Se enfada y no respira.
El domingo por la noche, la entrega completa del show de Aguirre. Siempre montando el pollo. Literal.