Mucho han cambiado las cosas desde que Esperanza Aguirre dimitió por los escándalos de corrupción durante su etapa como presidenta de la Comunidad de Madrid y después de perder las elecciones contra Manuela Carmena para ser alcaldesa sustituyendo a Ana Botella. Ahora es una jubilada que dice que "No veo el programa matinal de Telemadrid porque llevo a mis nietos al colegio". Este viernes ha hecho una excepción y sus nietos deben haber cogido el bus escolar porque ha aceptado ser entrevistada en Buenos días Madrid, presentado por una catalana, Verónica Sanz. Los momentos finales de la entrevista han sido estilo Albert Rivera en TV3: tienes cara a cara donde la plítica pretendía marcar las preguntas de la periodista. Aguirre:  "Me parece que este programa va contra el PP. La escaleta de este programa es anti-PP". 

Aguirre insiste que "No he venido a hablar de todo lo que usted quiere meterme el dedo en el ojo. No veo ya Telemadrid. No voy a ver Buenos días Madrid. Usted abre con lo que abra pero ha sacado 9 temas y todos eran anti-PP. Me divierte el combate pero no dejo de decir que en este programa la escaleta es anti-PP. No me has preguntado nada positivo. ¡Es el colmo!". La presentadora la invitaba a la reunión de las 4 de la mañana para decidir, como Lídia Heredia entregaba un papel a Rivera para decir que le escribiera las preguntas. Aguirre coge y se marcha saliedo de la mesa, de plano y de la que fue su manipuladora cadena.

Telemadrid

Aguirre vuelve a ser TT pero no por ser imputada por corrupción sino por su numerito de la "lideresa" que fue y que no ha digerido dejar de ser. Ha dicho que le da "pena" que Rodrigo Rato vaya a prisión por haber robado "sólo" 90 mil euros. La red la echaba de menos:

Aguirre vuelve ahora que ve cómo los popes del PP de Aznar empiezan a caer todos: Rato, Zaplana, Rajoy y ella sólo con "dos nombramientos que me salieron rana". El sapo es la corrupción y Aguirre le ha dado un beso.