En más de una ocasión, María José Campanario y Jesulín de Ubrique han querido demostrar que el dinero no es suficientemente atractivo para exponer su relación y familia. Su decisión de establecer una línea y mantenerse al margen de esas fuentes de ingreso que influyen tanto en sus vidas, ha sido firme. La tranquilidad y privacidad están por encima de todo lo demás. Al menos, esta era la postura que parecían tener hasta hace algún tiempo. Lo que nos hace preguntarnos si este cambio radical tendrá que ver con falta de dinero. 

Es cierto que María José Campanario y su marido llevan algún tiempo activos en redes. Hasta los momentos han querido postear imágenes de ellos mismos, recordar momentos de sus más de 20 años juntos y de su día a día. Además de ser portavoz de su familia. Así es como han ido construyendo sus redes, inclusive, dando detalles de los eventos a los que asisten. Prácticamente, influencers. 

Sin embargo, hay quien asegura que esta distensión en sus reglas autoimpuestas tiene que ver con lo que significan las redes como fuente de ingresos. “Creo que el cambio es por notoriedad y por dinero. Uno sin el otro no da el resultado final que es conseguir dinero”, comentó el paparazzi Tino Torrubiano en Espejo Público. Hacía la acotación de que las redes son la actualidad y que ellos, casualmente, no tienen un trabajo en activo que se les conozca. Han sabido jugar con la expectación que podría crearse por sus perfiles personales. En el caso de María José, empezó con 50 000 seguidores y actualmente va por 67 000 en Instagram. Esto, evidentemente, es una posibilidad económica. 

María José Campanario va a monetizar con sus redes 

Se dice que la familia Janeiro tiene empresas y propiedades, aunque desde hace algunos años no se reportan ingresos y actividad económica. Lo que ha puesto en duda las verdaderas intenciones. Gema López también se refería a este tema: “los Jesulines reaparecen cuando no hablábamos de ellos. La propia María José, asesorada por los abogados, ha decidido no hacer exclusivas. Se pidió protección a su hija y ahora de repente una exposición que no se entiende”. 

A esto hay que sumarle la participación repentina de Jesulín en algunos programas como El Desafío, Masterchef y Emparejados. Un cambio de actitud intrigante, parecen estar en plena promoción. El primero en abrirse al ciberespacio fue él, quien se creó un perfil en Instagram hace más tiempo. Después le siguió Campanario, quien ha estado descubriendo aspectos de su vida en pareja. 

No se puede negar que Instagram ofrece un mercado inmenso y muy diverso. Es una red que acumula más de 2000 millones de usuarios activos. Ahora bien, para monetizar hace falta tener poco más de 5000 seguidores. Eso sí, las cantidades pagadas a cada influencer varían. Todo depende de la audiencia y el contenido que se publique. El contenido debe ser relevante y mientras más atención reciba un perfil y sus publicaciones, más ingresos se perciben. Cualquiera creería que el patrimonio de Jesulín de Ubrique y María José Campanario es cuantioso. Sin embargo, nada es eterno.