Ciudadanos tiene la destacable capacidad de provocar dos sensaciones al mismo tiempo con sus actos: pensar que no se puede tener más barra que el partido naranja y generar vergüenza ajena a espuertas. Es increíble como con 10 enclenques diputados en el Congreso después de un porrazo sideral todavía van por la vida haciendo de sabelotodos dando lecciones. Quizás se piensan que la ciudadanía es imbécil. O quizás es que ya no les queda un mínimo de vergüenza. El diario El Confidencial ha avanzado un borrador, recogido por eldiario.es sobre la estrategia política que ahora seguirá el partido encabezado por Inés Arrimadas. Un documento de 19 páginas. Qué desperdicio de papel.

Una 'estrategia' que después de ser enmendada por los afiliados se aprobará en la próxima Asamblea General del partido el mes de marzo. Y dónde se leen frases de un cinismo que echa para atrás, por ejemplo, referidas a las señales de identidad: "las de una opción constitucional, aglutinadora, centrada, moderada y sensata. Reivindicamos más que nunca nuestro espacio político: el centro liberal progresista". Ja, ja, ja, ja. Cojan uno segundos para reír. Centrada, dicen. Y moderada. Esperen, esperen, que hay más: "Ciudadanos debe continuar siendo un dique frente al nacionalismo identitario y al populismo que busca dividirnos y enfrentarnos". Populismos... Lo dicen los reyes de enseñar papelitos en el Congreso y el Parlamento, de chillar como verduleros en el mercado menospreciando a los que piensan diferentes a ellos y los que venderían a su madre por un puñado de votos.

Es tan lamentable quererse poner ahora, con el enésimo cambio de rumbo, como los abanderados del juicio, la centralidad y la moderación, que si no supiéramos cómo son, preocuparía. Pero hace tiempo que la gente les ha visto el plumero: