Son muchas las historias que tienen como protagonistas a sujetos que llegan a lo alto del estrellato, pero caen al fondo del pozo al no saber gestionar su fama y refugiarse en las drogas o el alcohol. Es el caso de Tiziano Ferro, uno de los artistas más reconocidos a principios de los 2000. El cantante pasó de llenar estadios como David Bisbal y otros artistas internacionales a dilapidar su carrera por su adicción al alcohol.
Tiziano Ferro nació en 1980 a escasos 60 kilómetros de Roma. Y no tuvo una infancia fácil. Estuvo marcada por el bulling que sufrió en el colegio a causa de su aspecto físico. “Nunca fui el primero de la clase. Era un nadie, nada guapo, nada atlético y tímido. Los chicos me decían 'gordo', 'marica' y 'perdedor'. Siempre estaba esperando que alguien interviniera para defenderme, pero nunca sucedió. Viví perpetuamente frustrado, cabreado y hasta humillado”, relató en una entrevista para ‘Il Corriere Della Sera’. En esa misma intervención reconoció haber tenido problemas de peso y de haber sufrido bulimia.
El bulling marca la infancia de Tiziano Ferro
Unos problemas que no desaparecieron en la adolescencia. A los 18 años, Tiziano llegó a pesar 111 kilos. “"Ese peso significó mucho en mi vida. Sólo pensaba en la comida, quizá por la falta de amor, de comprensión y de afecto”, explicaba en otra entrevista, esta vez para el diario ABC.
Pero tiempo después la música cambió su vida. Tiziano adquirió fama a nivel internacional gracias a trabajos como su primer disco ‘Rosso Relativo’, publicado en octubre de 2001, o el single ‘Perdona’, publicado en 2002. El éxito fue absoluto. “Cuando empecé con el canto, el mundo cambió... Y la música se convirtió en lo más importante, en un canal para expresarme en un mundo en el que no me reconocía", comentó en 2020.
Tiziano Ferro no supo gestionar la fama ni tener que esconder su homosexualidad
Pero Ferro no lo tuvo fácil para gestionar ese éxito repentino. Y menos aún cuando su vida privada empezó a ser de interés público. Un escenario en el que no ayudó su homosexualidad. Porque en aquella época no estaba tan normalizado el salir del armario. Y sus representantes se empeñaron en que escondiera esta faceta y diera a entender que era heterosexual. Por eso lo rodeaban de mujeres en sus videoclips e incluso lo obligaron a que se dejara ver en público con chicas.
Una situación de la que pasó a refugiarse en el alcohol. “Una noche, la banda me convenció a beber. Y a partir de ahí no paré. Casi siempre bebía solo, porque el alcohol me daba fuerzas para no pensar en el dolor y la tristeza, pero me hacía querer morirme cada vez más”, reveló el cantante sobre aquella época. Incluso reconoció que había actuado borracho.
Pero la historia tiene un final feliz. Tiziano finalmente se libró cuando salió del armario. “llegué a la conclusión de que quería vivir esa parte de mí, dejar de considerarla 'un monstruo' y comprendí que necesitaba tomar el control de una serie de cosas: desde el exilio forzado de los amigos, la relación con mi trabajo y el hecho de hablar de mi homosexualidad. Ahora quiero vivir mejor”, comentó el artista, que ahora ha apartado la música y está centrado en uno de sus sueños: formar una familia.