David Bustamante, David Bisbal, Chenoa o Rosa López triunfaron en 2001 como unos jóvenes dispuestos a lograr su sueño. Fueron los primeros concursantes de la academia más famosa de la televisión. En 2017 OT regresó a las pantallas con una nueva generación de jóvenes promesas. Amaia, Aitana, Ana Guerra, Alfred, entre otros, sustituían a los anteriores y se vivía el mismo fenómeno fan.

Como sucedió en la primera edición del formato, los de OT 2017 son tal vez los más recordados de la nueva generación. La mayoría de ellos, con mayor o menor suerte, ha logrado dedicarse a la música. Como Ana Guerra. Todos ellos llevan cinco años de duro trabajo y la evolución es positiva. La artista sigue siendo la misma mujer guerrera y perseverante que entró en la academia.

Victor Elías con Ana Guerra y Natalia Sánchez

A pesar de que su vecino está harto de sus clases de piano, Ana Guerra se sigue formando para aprender y mejorar. Quiere ofrecer una mejor versión de ella misma como profesional y como persona. “Me gusta reciclarme y aprender cosas nuevas”, explica en una entrevista a ‘La Razón’.

En estos cinco años Ana Guerra ha mostrado una importante evolución. Cuando salió de la academia fue todo muy rápido y le obligaron prácticamente a sacar singles. Pero los mensajes que transmitió con ‘Lo malo’ o ‘Ni la hora’ no son los que ella quería, ni tan siquiera el estilo.

Ana Guerra

Ana Guerra se dio a conocer en la calle 

Ana Guerra arriesga con baladas y boleros, aunque sabe que a día de hoy no es lo que más se demanda en el mundo de la música. Ella no reniega de sus orígenes y tampoco quiere perder su identidad. “Creo que al público no se le puede engañar. Durante la desescalada del confinamiento, cuando hicimos unos seis conciertos, me di cuenta que la gente subía a Twitter temas míos en acústico, y lo asocié a que yo ya estaba transmitiendo una cosa diferente. Me lo pasaba muy bien y me encanta defender el feminismo en canciones urbanas y reggaetoneras, me encanta, pero aquello que me pasó lo vi como una señal de lanzarme a la piscina con lo que yo realmente quería”, detalla.

La canaria no tiene ningún reparo en volver a sus orígenes. Antes de pisar el escenario de OT 2017 por primera vez se ganaba la vida tocando en la calle. “Si tengo que ir mañana, voy mañana. En el sitio en el que más feliz he sido ha sido en la calle”, revela. No obstante, Ana Guerra se siente muy agradecida a OT. A diferencia de otros compañeros, ella no reniega de su paso por el concurso.