Joc de cartes es como aquella trufa que te comes al final de las comidas: siempre apetece, tiene un punto perfecto para acabar de rematar el festín, no empalaga y aunque ya lleven muchas temporadas, no puedes decir nunca que no. Precisamente, el estreno de la nueva serie de programas de esta nueva temporada buscaba los mejores postres, en este caso, entre cuatro restaurantes de la zona del Vallès: 'La Clandestina' de Granollers, 'El caçadors' de La Roca del Vallès, 'El Grillat' de Lliçà d'Amunt y 'La Taberna' de Bigues i Riells, con Lydia, la gran protagonista de este primer capítulo.
¿La dinámica? La misma de siempre con una pequeña novedad que tampoco variaba nada el contenido final: ahora, los restaurantes no permanecen cerrados para grabar el programa, y mientras los restauradores sirven al resto de concursantes y a Marc Ribas, sus restaurantes continúan abiertos de cara al público general, que puede ir a comer al mismo tiempo. Aparte de eso, el mismo ademán de Marc, que nos encanta, cierto tono burlón y sarcástico sensacional. Para empezar temporada el presentador pidió, como no podía ser de otra manera, las manitas de cerdo que tanto le gustan. Pero ayer la cosa iba de dulces... claro está que muy dulces no fueron las críticas que se iban regalando los restauradores. Los puñales van que vuelan, cuando inspeccionan las cocinas ajenas o cuando están comiendo. Un concursante, cuando oyó que criticaban la arena que había en unos caracoles, exclamó un explícito "¿Arena?... ¡Y una mierda!". O desagradable fue cuando encontraron una pelusa en uno de los platos.
Curiosamente, la concursante que más se quejaba fue Lydia de 'La Taberna', el último de los restaurantes donde fueron... Y los otros tres restauradores fliparon en colores al ver el lugar... y al probar la comida. Alucinaban que Lydia criticara tanto cuando lo que ella servía no había por dónde cogerlo, según el resto ("Tengo dolor de barriga", decía uno al ver el plato en mesa, solo por el aspecto poco apetitoso de un pollo con dátiles pasados, una paella justísima, unos postres mal presentados... un desastre... "Le he puesto un 3 a todo")... ¿Conclusión? No tuvieron piedad de ella y le otorgaron unas notas pésimas en todo: espacio, cocina, comida, postres, servicio... Nada se salvó y dio como resultado final la segunda peor nota de la historia del programa, según palabras de Marc Ribas.
"Ha sido todo una estrategia para que no gane porque mis postres estaban mejores y mejor presentados", seguía defendiendo la restauradora de 'La Taberna'. ¿Respuesta de otro concursante?: "Tu criterio no me sirve de nada, tienes que estar contenta con mi 1 porque te podría haber puesto una nota negativa"...
Los espectadores catalanes, contentos: ha vuelto el rock and roll a TV3.