Jordi Évole arranca temporada este domingo 28 de enero con el enigmático programa 1 de cada 5. No ha querido dar más pistas sobre la temática del primer Salvados de 2018 pero En Blau ha podido reunir indicios para asegurar que tratará sobre la depresión. Una enfermedad que afecta a más personas de las que lo reconocen en el entorno familiar o de amigos y que ha sido poco tratada en documentales de este tipo. La temática alejada de la política podría echar para atrás a algunos potenciales espectadores. Con menos prejuicios valdrá la pena empezar a ver cómo lo enfoca el equipo de Producciones del Barrio, la productora de Évole.
Los próximos Salvados también huirán del procés, por ejemplo centrándose en la industria cárnica y las malas condiciones de los animales que son sacrificados para alimentar humanos. Évole reconoce problemas con el sector que le ha cerrado las puertas y adelanta que su equipo ha entrado de noche en las instalaciones de una empresa que podría ser la que se anuncia con Serrat y Carmen Maura. Más misterios por revelar. Será el segundo programa de la temporada si La Sexta no recibe presiones para retirarlo.
También tratarán del odio en las redes, ahora que se cuestiona el anonimato de los perfiles de twitter con el alcalde del PP que se dedicaba a insultar a indepes y rojos escondiendo su identidad. Y reunirá por primera vez en TV a dos enemigos radiofónicos de los años 90: José María García y José Ramón de la Morena. Uno de los cara a cara inéditos marca de la casa. Lo que no es inédito es que Évole entreviste a Puigdemont. Las dos últimas entrevistas que el president concedió en Cataluña fueron a Vicent Sanchis en TV3 y a Salvados en La Sexta. Pero el periodista de Cornellà protesta en El Periódico porque no puede repetir: "Puigdemont se niega. No me han llegado las razones. Sé que ha habido gente de su entorno que no quedó nada contenta con la última entrevista que le hice en Salvados". Aquella entre tinieblas en la Generalitat de finales de septiembre.
Sobre la opción de entrevistar a Junqueras dentro de la prisión lamenta que Instituciones Penitenciarias, que depende del ministro Zoido, no lo autorice. Evoca los programas de Jesús Quintero de los 80 cuando se permitía hacerlas. Y acaba con una realidad incuestionable: "Hemos ido atrás".