El mundo de la Fórmula 1 es como el resto de los mundos: normal. El circuito de coches ultrarrápidos se llama "el circo" no despectivamente sino como un homenaje a los viejos circos itinerantes que iban ciudad en ciudad mostrando el show. Y es como el fútbol, el basket o el tenis: con deportistas de élite, sí, multimillonarios, sí, un negocio, sí, pero con personas normales. Si es complicado que un deportista de élite admita en público que su orientación sexual es minoritaria todavía lo es más en el circo de la Fórmula 1 donde todo son hombres, pocos y de máxima élite. Por eso ha sido muy sorprendente y alentador que un piloto mundialmente famoso como Ralf Schumacher, hermano del mítico Michael Schumacher, haya revelado en Instagram que es homosexual y que comparte su vida con otro hombre, un chico francés que se llama Étienne. Estos son los enamorados:
El piloto escribe a sus 200 mil followers un mensaje precioso con una puesta de sol con el novio: "Lo más precioso de la vida es cuando tienes a tu lado la pareja correcta con la cual lo puedes compartir todo". Ralf, de 49 años, ganó seis grandes premios en una carrera que duró once años y acabó en el 2007. Anteriormente, el pequeño de los Schumacher estuvo casado con una mujer, Cora, con quien tiene un hijo, David, de 22 años. No es el primer piloto de F-1 que se declara abiertamente homosexual. El único otro piloto gay conocido a la historia de la Fórmula 1 fue el británico Mike Beuttler, que corrió a la F-1 de 1971 en 1973 y murió en 1988. El Instagram del novio de Schumacher muestra a un joven francés, atractivo y que no osa revelar a su famosa pareja. Lo ha revelado el piloto. Este es Étienne:
Una amiga de la pareja, Carmen Geiss, famosa de la TV alemana, ha hecho de portavoz: "Este hombre maravilloso tiene un hijo igualmente maravilloso que significa mucho para él y que ha sido una fuente de alegría y orgullo para él a través de muchos altibajos. Juntos han compartido momentos inolvidables y han construido una relación fuerte y amorosa que no se traquetea. Hoy ha confesado su homosexualidad. Este paso fue para él un acto de liberación y de autoaceptación. Fue una decisión valiente que ha madurado en él durante mucho tiempo y que ahora está lleno de orgullo y confianza. Su salida no es solo un triunfo personal sino un signo que finalmente es capaz de vivir y amar su verdadera identidad sin miedo ni vergüenza. Su coraje y honestidad son inspiradores, y estoy infinitamente agradecida de tenerlo a mi vida. Su viaje hacia sí mismo es la prueba que el amor, la aceptación y la verdad propia son las fuerzas mayores de nuestras vidas. Y los amo con todo mi corazón y me alegro de haber encontrado dos corazones". Viva el amor libre.