Una de las mejores maneras de conocer un país es cogiendo un taxi. Cuando un turista llega a una ciudad lo más normal es que el aeropuerto esté en el quinto pino y toque coger un taxi. La manera de hablar del taxista, cómo viste, la música que pone, la higiene del vehículo, si da conversación o no, los temas que trata... todo envía señales buenas o malas del talante de aquel país. Pero a veces quien marca el tono de un viaje es el pasajero del taxi. Acaba de pasarle a un taxista de Barcelona. Contra todos los prejuicios de taxistas en la capital que no saben hablar idiomas, que ignoran no ya el inglés sino el catalán o incluso el castellano, este taxista es catalanohablante. No es excepcional pero sí inusual en Barcelona. El taxista coge un buen día a un pasajero famoso, un VIP. Y es un famoso catalán, nacido en Barcelona y que habla perfectamente el idioma catalán como ha mostrado en algunas entrevistas. El taxista se le dirige educadamente en catalán, sabiendo que el cliente es popular, catalán y catalanohablante. Y para sorpresa del conductor, el famoso se le dirige de malas maneras exigiéndole que le hable en castellano. La discusión sube tanto de tono y el pasajero se pone tan agresivo, prepotente y catalanófobo que el taxista, haciendo uso de su derecho de admisión, le dice al cliente que abandone el vehículo, que él no lleva a individuos así en su coche. El famoso se llama... Loquillo.
Esta triste historia, con final feliz, la ha explicado en primera persona el taxista a otro pasajero famoso y catalán, el periodista Roger de Gràia, que ahora trabaja en Onda Cero en el programa de Julia Otero de los fines de semana, en los estudios que la emisora de Planeta tiene en las Ramblas. Roger de Gracia fue presentador estrella de TV3 y se hizo popular por su papel de divulgador de la lengua catalana, con programas como el Cazador de palabras o concursos como Bocazas o el podcast Tenemos palabra. Y ahora que se ha topado con un taxista catalanohablante, hablando hablando el conductor le ha explicado el incidente violento con Loquillo que Roger de Gràa ha convertido en un divertido juego con sus seguidores de adivinar qué VIP catalán ha llevado su catalanofobia al extremo:
El relato del Roger de Gracia es maravilloso, por breve y sin adjetivos. El tuit lo tiene todo: "El taxista me explica que hace poco echó del taxi s a un personaje catalán conocido que le exigía que se le dirigiera en castellano. Apuestas". Empieza el juego y van surgiendo nombres de catalanes famosos por su catalanofobia hasta que alguien, no cuesta mucho, acierta. Los candidatos van de Arcadi Espasa pasando por Serrat, Alejo Vidal Quadras o Javier Cárdenas. Roger de Gràcia da pistas, es artista, hombre, no lleva gafas...
Loquillo, del Clot de Barcelona, ahora vive en Euskadi por amor, y para huir de su ciudad, a la que pone a parir a menudo, de los indepes y ahora, por lo visto según un testigo presencial, de la lengua catalana que también le molesta. "A mí háblame en castellano, taxista". Acabó en la calle. Para ser feliz, Loquillo mejor que coja un camión.