Doble sesión de Buenafuente en la televisión del sábado por la noche. Él en persona, junto con su pareja Sílvia Abril, presentando una gala de los Goya llena de looks espantosos, pero donde lo más espantoso de todo fue constatar que no se hizo ni una sola mención a la situación de los presos políticos. Y él como empresario televisivo con un FAQS que coproduce con TV3.
¿Cómo hizo frente el programa de Cristina Puig a los focos y el glamour de los premiados del cine español? A primera vista, luciendo más motivos amarillos que en la gala de los Goya, donde el único lazo amarillo fue el que le pusieron a Carles Puigdemont en una parodia del premio a la mejor película extranjera.
Llevó lazo amarillo Antonio Baños y llevó -sorprendentemente- lazo amarillo, el Pequeño Nicolás, que defendía que lo hacía "porque hay libertad de expresión y yo defiendo a los jóvenes. Uno de mis tres mejores amigos es independentista".
No llevaba lazo amarillo, pero sí una flor de este color, una Pilar Rahola más contundente que nunca cuando habló del vergonzoso juicio de los presos políticos que empezará dentro de poco. La escritora estaba encendida: "ningún tribunal democrático aceptaría a la persona que hay como presidente del Supremo". Por no hablar del traslado de los presos a las prisiones de Madrid: "Se ha maltratado de una manera brutal a los representantes del pueblo de Catalunya. ¡Qué vergüenza los furgones! ¡Como si fueran al matadero! Juicio cada día, hora y media de ida y de vuelta metidos de aquella manera en aquellos furgones... como si fueran animales!".
La indignación fue a más, cuando ella misma recordó el vídeo que ha hecho España intentando vender al exterior su imagen: "¿Tienen todos los instrumentos del Estado y todavía necesitan un vídeo hablando de la España democrática? Están muy jodidos, ¿eh? Si fuera tan democrática no les haría falta decirlo":
Sin embargo, no impidió que el programa siga bajando sus datos de audiencia, con algún espectador que sigue sin entender el cambio de Laura Rosel por Cristina Puig. Incluso, hay quien se quejaba de que uno de los invitados, un rapero, le dijo a la presentadora que entendía el catalán, pero ella respondió: "Puedo preguntarte en castellano, ningún problema".
Lo que sí es un problema o puede serlo si no hay un resurgir, son las cifras. Ayer, 233.000 espectadores y un 13'3% de share, el dato más bajo desde el cambio, en una tendencia claramente negativa (16, 16, 15, 13). Hay que ser justos, sin embargo, ya que ayer era uno de aquellos sábados que competía con un transatlántico, una gala de los Goya que coronó a Campeones y que fue la campeona absoluta en la audiencia televisiva, con un 26,2% de share y casi cuatro millones de espectadores.