Después de la convulsa semana que empezó con el despido, todavía no suficientemente explicado, de Laura Rosel al frente de Preguntes freqüents y su posterior relevo por Cristina Puig, mucho se habló de cómo sería el nuevo FAQS. Finalmente ha llegado el sábado y los espectadores pudieron comprobar si realmente se hizo el cambio de tono que pretendían desde la productora, más allá del más evidente.
Pero el programa no tuvo cambios significativos que pensaran en una reformulación que justificara el relevo de la conductora. Incluso, la misma Puig lucía, como acostumbraba a hacer Rosel, una camiseta con mensaje, en este caso, toda una declaración de intenciones, con el dibujo de una mujer andaluza vestida de faraláes haciendo la butifarra, en una supuesta alusión al pacto del PP, Ciudadanos y Vox. Después, entrevista política, debate social, Pilar Rahola, Quico Sallés y final musical. Nada que no se hubiera visto antes. Por mucho que ellos mismos empezaran el programa con un gag autoparódico donde había una cola de gente, entre ellos Tomàs Molina, Pilar Rahola, Maiol Roger o Mari Pau Huguet postulándose para ser los presentadores 'de entretenimiento' de esta nueva etapa mientras sonaba la canción "Let me entertaint you":
Puig quiso hacerse suyo el plató, recibiendo elogios o indiferencia a partes iguales por parte de la red, pero el que eclipsó su debut fue uno de los invitados, el alcaldable del PP en el ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou.
El hasta hace poco desconocido empresario que han escogido los populares para obtener más presencia que el ridículo 0,0% de apoyo que les vaticinan las encuestas, según reveló sorprendentemente él mismo, ya montó un show en su 'presentación' delante de un Pablo Casado que no sabía dónde mirar escuchándole enumerar todos los apellidos catalanes que tiene y hablando del "Noi de la mare", y de la que todavía no se ha recuperado:
"La cara de Andrea Levy era de sorpresa", le lanza Puig... "Se puede decir lo mismo sin gritar tanto. Pero la cara de Levy es su cara", dijo Bou delante de una Puig que no sabía donde mirar. No sabemos si las intenciones de Bou eran torpedear el estreno de Cristina Puig, pero más bien parecía un vendedor de una mercería enseñando género que un político con un plan serio de gobierno. Empezó la entrevista con una bolsa de papel del súper y sacando una camiseta que le regaló a la presentadora. Una camiseta con la frase que un Mosso le dijo a un agente forestal durante las manifestaciones por el Consejo de Ministros que hubo en Barcelona hace unas semanas: "La República no existe, idiota".
A los espectadores, este gesto les provocó una reacción furibunda:
Bou, sin embargo, sulfuró cuando se justificó sobre su pasado en Fuerza Nueva. Su vinculación aparecía en unos datos que salían de unos papeles que publicó Xavier Vinader. periodista de investigación comprometido con la libertad de expresión, la lucha antifranquista, contra el fascismo, la ultraderecha y el terrorismo de Estado, y al mismo tiempo de los más reconocidos en Catalunya: "Este señor era un delincuente. Señaló a dos personas que fueron asesinadas por ETA pocos días después". Palabras que dijo sobre alguien que murió hace tres años. Declaraciones gruesas sobre un periodista en mayúsculas que hizo su trabajo de investigación y que se jugó su vida sufriendo atentados combatiendo a la extrema derecha con su trabajo.
No es extraño que después dijera que "Vox no es extrema derecha. Es derecha. Y nosotros centro derecha" y que estaba "orgulloso de haber sido legionario".
Lástima que Pilar Rahola entró al programa antes que Bou. Hubiera estado muy bien oir lo que hubiera opinado. Una Pilar, sin embargo, que repartió hacia los partidos catalanes y se mostró rotunda: "No puede ser que no hayáis tomado una decisión sobre los presupuestos. Parecen un grupo de aficionados".