Como tantísimas otras personas, Fayna Bethencourt y Carlos Navarro se aventuraron a participar en el padre de todos los 'realities': Gran Hermano. Lo hicieron en el 2001, en la segunda edición y dando pie a un fenómeno histórico en la historia del concurso. No, no hablamos del hecho que se enamorasen, porque eso ya les sucedió a muchos otros en la edición de Ismael Beiro. Nos referimos a la primera primerísima expulsión disciplinaria. Un hecho sin precedentes que forzó la salida de Navarro, apodado como 'El Yoyas' por aquella poética apelación que decía te voy a meter dos yoyas que te van a temblar las orejas.
Eliminado por agresivo, pese a que Fayna y él continuaron con su romance fuera de la casa de Guadalix. Incluso se casaron y tuvieron dos hijos. Todo parecía perfecto cuando reaparecían, de manera esporádica, en la televisión. La fachada ideal que escondía una de las historias de maltrato más infernales que se han hecho públicas hasta la fecha. Sería hace algo más de un año, el 14 de noviembre de 2022, cuando la justicia requirió que Navarro ingresase en prisión para cumplir con una pena de 5 años y 8 meses de prisión por un delito de maltrato continuado hacia su —ahora— exmujer y sus vástagos. Él, para no desentonar con sus dinámicas habituales, se revolvió e incluso intentó que la condena fuera suspendida. Sin éxito y provocando que se emitiera una orden de busca y captura. En cualquier caso, el televisivo no ha ingresado todavía en prisión ni se le espera.
Vive escondido y sin intención de entregarse hasta febrero del 2027, que la condena quedará extinguida. Sí que ha concedido algunas entrevistas a medios de comunicación como El Mundo. Cita a los periodistas en el bosque para que nadie descubra su paradero y ofrece declaraciones que pretenden poner en duda la versión de Fayna sobre los maltratos. El caso es que, en una de estas intervenciones secretas a La Otra Crónica, el prófugo habría pedido que el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez le conceda "el indulto o la amnistía", así como "condonar" sus deudas con Hacienda. Eso además, de nuevo, de intentar desacreditar la versión ya corroborada por una sentencia de la víctima.
Bethencourt, que ahora es escritora, ya ha hecho público su sobrecogedor testimonio en más de una ocasión. Solicita justicia y asegura sentirse desamparada y desprotegida por el Estado a sabiendas de que su maltratador campa suelto e incluso charla con la prensa. La noticia de su detención no llega y, como era de esperar, la granhermana no se ha callado ante la publicación de esta surrealista petición al presidente. Según ha informado en una intervención para el programa En boca de todos, está trabajando con su abogado en "dirigir una queja formal por escrito al ministro de Interior" en vista que un "prófugo de la justicia tiene un altavoz desde donde sigue haciendo daño".
La enésima demostración de las lagunas de un sistema para con las víctimas. Fayna, a pesar de que la ley le ha dado la razón, sigue batallando por su seguridad. Y 'El Yoyas' sigue suelto.