El coronavirus le ha ido de perlas a Zarzuela para tapar en la mayoría de medios el escándalo de la democracia en la jefatura del Estado: el rey reconoce en público que su padre tiene dinero opaco en cuentas suizas y que no quiere saber nada. Pero el coronavirus es al mismo tiempo un problema. El domingo por la noche se movía en redes una petición: que el rey Felipe pronunciara un discurso televisado a la nación para dar calor a la ciudadanía confinada. Obviamente Felipe no lo hizo. No puede salir a hablar de virus cuando tiene su casa quemándose. Por el escándalo económico y ya se verá si delictivo.
El rey sólo habla el 3-O contra los indepes y por Navidad. Y la ciudadanía se pregunta de qué sirve pagar un rey si no puede salir a hablar de la mayor crisis sanitaria de España porque tiene problemas enormes de fraude fiscal en la familia.
En la web de Casa real no hay previsto ni un solo acto oficial de los reyes. Han dado negativo del virus y no harán nada en público en semanas. Pero tampoco hacen ni un comunicado ni un tuit. Nada a favor de los damnificados por el virus. El último tuit oficial es este del viaje a París el miércoles pasado. Después silencio:
La red está harta de cornuda y apaleada:
Si la Corona es imagen y tiene esta imagen, ¿por qué hay que seguir pagándola? Cuando acabe el coronavirus habrá que ponerse con esta otra pandemia.