Hubo un tiempo en que Felipe González y José María Aznar eran dos personajes antagónicos, muy alejados el uno del otr tanto en líneas políticas cómo gustos estéticos como inquietudes personales. Hubo un tiempo... Pero de un tiempo a esta parte, los dos expresidentes del gobierno cada día se parecen más, por lo que piensan y por lo que hacen. Lo que antes separó una americana de pana y un bigote, ahora lo ha unido, primero Catalunya, y después, Marbella.
A pesar de ser los líderes históricos del PSOE y del PP, incluso José María Aznar pronunció la frase: "Estoy al 95% de acuerdo con las palabras de Felipe González", cuando el segundo dijo sobre Catalunya que "España no está para que haya más personas que jueguen irresponsablemente a la división sino para que haya más personas que jueguen para buscar puntos de encuentro por el país". "Cuando alguien pega una patada en la mesa, no se puede reaccionar como si no hubiera dado la patada", añadió Aznar. Y ahora, los dos están coincidiendo durante unos días en Marbella disfrutando de unos días de vacaciones después de las vacaciones que hace tiempo que disfrutan una vez abandonaron la presidencia de España.
Porque estos días se ha visto a Felipe González al lado de su pareja, Mar García-Vaquero, en una casa del cuñado de ella, Pedro Trapote, y donde el exlíder socialista la visitaba incluso antes de hacerse pública su relación. Y a no muy lejos de él, su histórico rival.
José María Aznar hace diez años que pasa el agosto en una lujosa urbanización de Guadalmina Baja, en San Pedro de Alcántara. Coinciden en Marbella, pero el día a día es sensiblemente diferente. ¿Qué hace cada uno? Aznar se suelta un poco más que su oponente político. Al popular se le ha visto alguna vez disfrutando de la noche marbellí, especialmente en el Festival Starlite, por donde también han pasado su hijo y un Froilán que ha hecho de todo, desde disfrazarse de hawaiano hasta fumar cigarrillos de tres en tres, para disgusto de su madre Elena.
González lleva una vida más tranquila, lee mucho, nada o desayuna en los mejores restaurantes de la zona. Aznar, de su parte, sale muy temprano a correr acompañado de dos o tres escoltas, pasea los perros por la playa y de vez en cuando, se acerca al Moa, un centro estético donde coincide con el actor pepero Arturo "chatín" Fernández, y donde le hacen reflexología en los pies. La foto del verano, sin duda, sería que Aznar y González compartieran sala mientras les masajean los pies.
La otra diferencia es que González no está para reuniones políticas ni nada por el estilo. No se le ha visto comiendo con ningún colega, cosa que sí ha pasado con Aznar, que coincide a menudo en el restaurante El Ancla con políticos del partido como Dolores de Cospedal o Jaime Mayor Oreja.
Y este verano también se citó con el ciudadano Manuel Valls, que va haciendo camino en sus objetivos políticos y que llegó a Marbella acompañado de su nueva pareja, Susana Gallardo, la rica burguesa catalana unionista, heredera de los laboratorios Almirall y ex del fundador de Pronovias, Alberto Palatchi.