Felipe VI se ha levantado esta mañana con una cancioncilla resonando en su cerebro: "Estoy loco miedo el teniiiiiis". No es un día cualquiera, no. Madrid acogía el partido de cuartos de final de su Open entre las dos máximas figuras de este deporte en España: Rafa Nadal contra Carlos Alcaraz. Pasado, presente y futuro de la raqueta. Dos colosos sobre la pista: uno, confirmado. El otro, creciendo cada día. Orgullo patrio a tope. El rey no se lo podía perder. Y no, no se lo ha perdido.
El horario era muy goloso, las 4 de la tarde de un viernes. A aquella hora Felipe cierra el chiringuito real, se viste de paisano y dedica su tiempo a los placeres de la vida. Y qué placer mayor que darse un baño de multitudes en la capital del reino, en un recinto lleno de fans monárquicos y otros VIPS, y con los dos ases Marca España disputando un partido vibrante. La organización le había reservado una butaca de honor en el palco presidencial, claro. Allí que se ha plantado con sus gafas de sol, como un aficionado más, encantado de la vida y muy pendiente de la pelota.
El jefe del Estado no ha estado ni mucho menos solo en su localidad. Tenía compañía: el director del Mutua Madrid Open. Un tenista todavía en activo de 40 años, que participó hace unos días en el Open Banc Sabadell de Barcelona... donde lo barrieron en el primer partido (en dobles la cosa fue un poco mejor, pero sin proezas). Hablamos de Feliciano López , un español de pro: facha, merengón 5 estrellas, monárquico, constitucionalista y pijo, muy pijo. Un acompañante perfecto para la máxima representación institucional.
Imaginamos que Felipe se lo ha pasado muy bien, aunque su rictus no era precisamente el reflejo de una felicidad absoluta. Pero claro, Alcaraz estaba machacando a su héroe Nadalhasta que una lesión ha disminuido el rendimiento del murciano de 18 años. Además, el partido se ha tenido que detener por una emergencia médica de un asistente. El monarca hacía caras extrañas junto a López. No parecía demasiado Feliciano, vaya.
A ver si es gafe... Alcaraz lesionado, Nadal ganando a un rival mermado... mejor que el próximo partido lo vea desde casa. El tenis se lo agradecerá.