Hay una anomalía en las elecciones del domingo, un elefante en medio del salón que algunos quieren hacer ver que no está. Se llama Vox y es la ultraderecha a cara destapada. Blanqueada durante meses por PP y Ciudadanos en Andalucía y por medios poderosos como el Grupo Planeta y Atresmedia que les sobre-representan en los programas de Griso o Ferreras. Tuvo que ser la JEC quien los excluyera de los debates recordando que son extraparlamentarios. Pero en plena campaña un famoso escritor, ganador precisamente del Premio Planeta, Fernando Sánchez Dragó, ha hecho un libro, con Planeta, de Santi Abascal.
En promoción del libro ultra, entrevistado por el Diario de Sevilla Dragó responde: "He llamado a España, entre otros topónimos, Tontalia, Borregalia o Asnalfabética. Me faltan por lo menos 30 topónimos inventados por mí. Recuerde que no milito en Vox. Santi es un patriota. Yo no. Mi patria son mis zapatos o, como creían los egipcios, mi verga". Dragó saca su pene a pasear cada vez que puede, escribiendo cómo practicó sexo con dos niñas de 13 años en Tokio. Una pulsión pederasta que causa repulsión. O cuándo la periodista Anna Grau, ex de Raül Romeva, fue su compañera sexual y reveló de Dragó que "tiene unas habilidades sexuales por encima de la media".
Amante de los toros y las menores, acompañado de mujeres jóvenes y de derechas como Grau, Levy o Cayetana Álvarez de Toledo. A sueldo de Esperanza Aguirre durante años en TV. Dragó juega a provocar a sus 82 años y da más pena que escándalo. Tanto hablar de pene y enseña el culo que es como su talento para provocar: caído. El otra titular de la entrevista le va al pelo al amigo de Abascal: "Prefiero las putas a los hijos de puta".