Ferran Monegal es amigo de sus amigos. Como crítico de TV acostumbra a tratar con benevolencia los programas, cadenas o periodistas que lo contratan: Josep Cuní, Júlia Otero, BTV o La Sexta, por citar algunos. Su crítica del lunes trata del programa en que aparece actualmente, La Sexta Noche, y la entrevista que le hicieron el sábado a Albert Boadella, un hombre de teatro al que Monegal también conoce muy bien. El crítico de TV fue antes crítico teatral y nunca ha ocultado su admiración, sobre todo por el Boadella de Els Joglars. La Sexta visitó la torre que Boadella tiene en Jafre, en el Empordà. Él prefiere llamar a aquella parte del territorio "Tractòria", la forma despectiva con que el fenómeno de Tabarnia se refiere a las zonas menos pobladas de Catalunya donde, según ellos, anida el independentismo. La fachada de la casa tiene pintadas, la grande de los vecinos y la pequeña escrita por el mismo Boadella:
La noticia no era que las TV estatales traten a Boadella de Astérix, el galo rodeado de los malvados romanos. La sorpresa la ofrece el mismo Monegal cuando escribe en El periódico que el dramaturgo, a quien califica de "catalán ilustre", lleva en Girona "una vida clandestina" y que "TV3 no le dedica nunca ningún reportaje". El mismo Boadella aclaraba que en la tele golpista no pondría un pie pero a Monegal le sabe mal que TV3 no difunda "esta malevolencia del insulto, la agresión, por no ser comulgante". Monegal ha recibido críticas feroces por cómo acaba su columna de opinión: "Ahora que Junqueras ha recibido a Sardà, y Évole –dos no independentistas– y los dos han coincidido en que no tendría que estar en prisión provisional, quizás también algún independentista cualificado podría pronunciarse sobre el encierro forzoso de Boadella".
Monegal advierte antes que "no son casos comparables" pero acto seguido los compara. Muy extraño y la red indepe le ha saltado a la yugular:
Como siempre que está Monegal por el medio, no se casa con nadie. En la anterior entrevista de Boadella a La Sexta Noche Monegal le destrozó sin piedad: "Cuando le preguntaron (a Boadella) por los casos de corrupción del Canal de Isabel II, del gobierno del PP de la Comunidad de Madrid, no vimos al sarcástico bufón desinfectando la escena con el saludable salfumán de su mordiente. Entonces abdicó de su genialidad como cómico incisivo y se transformó en un contemporizador. «Eso pasa en toda Europa», dijo con acento resignado. ¡Ah! Conozco desde hace años a Boadella. Soy gran seguidor de sus hazañas escénicas. Por eso me cuesta comprender que de repente diluya su estimable y corrosivo ácido con gaseosa". Pero poner en el mismo párrafo que Junqueras entre rejas no pueda ver a sus hijos con unos grafitos a Boadella es extremadamente ofensivo.