De entre todos los programas emitidos por TV esta Semana Santa uno de los éxitos más inesperados ha sido la serie Comtes. Cuatro capítulos de 30 minutos dedicados cada uno a un conde de la capital catalana, ahora que se conmemora la muerte de Don Juan, abuelo del rey y conde de Barcelona. Ya se habían emitido por La Xarxa de TV locales y ahora por TV3. El resultado de audiencia, a pesar de no ser un estreno, fue espectacular: 15,3% una noche tan poco televisiva como la de Jueves Santo. Ahora que Ferran Monegal ha vuelto de vacaciones, en su crítica de El periódico ha acusado a la serie de pintoresca y tendenciosa: "La intención de esta docuserie es instrumental, y la ocasión, en pleno conflicto procesista, oportuna. Algunos dirán que oportunista". ¿Algunos dirán? ¿quién? ¿él? Ver un mapa del s.IX cuando todavía no existía España le debió poner tenso.

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La serie ha movido muchos comentarios, de Monegal a la ironía de Òscar Dalmau sobre dejar de poner en los niños catalanes el nombre de Nil, Pol y Biel y optar por los históricos:

Otros han echado de menos al mítico Pere Arquillué que protagonizó la serie Arnau en TV3 porque los actores que escogió la productora Antártida no eran de primera línea, ni de segunda:

Hay que reconocer que la serie es un win win: las TV locales se apuntan un tanto produciendo ficción y divulgación y dando trabajo a productoras audiovisuales en tiempos difíciles y TV3 consigue un éxito de audiencia. Pero Monegal ve intereses ocultos: "La discusión entre especialistas es si lo que hizo Guifré el Velloso es elevable a la categoría de primer sueño independentista". Como el guion es de Sánchez Piñol y no osa zurrarlo atribuye a Carles Porta, director de la docuserie y uno de los cineastas más prestigiosas del país, la manía monegalesca de agitación y propaganda del independentismo.

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La serie dice en voz en off "Este es el primer paso para construir un nuevo país, un paso muy curioso, porque aquello que la hará crecer no serán las victorias, sino las derrotas" y Monegal destaca "Es evidente que esta opinión o advertencia concuerda con lo que el mismo director de esta docuserie, Carles Porta, ha dicho: «El paralelismo entre los siglos IX y X y la actualidad es, desgraciadamente, enorme». Monegal considera que emitir una serie sobre Historia de Catalunya con expertos fue apología del independentismo. Debió preferir Gladiator que emitía TVE a la misma hora. Con cien mil veces más presupuesto hizo la mitad de audiencia (8%).

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Monegal lo tiene claro: "Es de un pintoresquismo actual muy delicioso y sobrevenido". De los catedráticos, profesores, historiadores y doctores que aparecen y nos adoctrinan nos tenemos que fiar del doctor Monegal.