"Prensa española, manipuladora". Es uno de los gritos más escuchados esta semana. Después de los garrotazos del domingo, la reacción de los ciudadanos es de rebelión, contra las porras y contra la prensa que no priorizó esta información. El día del referéndum la novedad fue la policía golpeando ciudadanos. Eso todavía no había pasado en el procés. Ya se había votado en una consulta sin efectos jurídicos el 9-N, por lo tanto la noticia no era aquella. Y así lo vieron los medios internacionales poniendo en portada las agresiones. El relato de los medios de Madrid, aunque se instalen en hoteles de Barcelona, no ha sido tan contundente como las castañas y de eso la ciudadanía ha tomado nota. Farreras es de los pocos que se salvan. En Blau lleva días explicando que La Sexta es la única cadena estatal que se ha molestado a hacer un seguimiento global de la noticia del año. Pero manifestantes descontentos es una redundancia: quien se manifiesta es porque no está satisfecho. Y Farreras acusó a los manifestantes de atacarlo y amenazarlo a la salida del Parlamento. Los vídeos y las redes han hablado.
Tres momentos del director de Al rojo vivo que ha confundido el título de su programa con la vida. En las imágenes saliendo de la Ciutadella no se ve nada que no se vea a cualquier mani, contra los recortes, los toros o el matrimonio gay. Gritos de mentiroso, manipulador y pitadas. La red no le perdona a Farreras que exagerara el momento y se lo han reprochado:
Los mossos le acompañaron para evitar males mayores, él prefiere decir que lo escoltaron. Dice que le costó dios y ayuda salir del Parlamento a la Estación de Francia, pero con el paso que llevan son 10 minutos. Quizás sea inédito para Ferreras, pero cualquier periodista que ha cubierto huelgas, manis, concentaciones o el 15-M sabe el pan que se da y la escena no es peligrosa. Más agresivo fue tomar un micro de La Sexta a Hilario Pino y no corrió tanta tinta.