Antonio García Ferreras es un campeón. Campeón del periodismo, pero especializado en la cloaca. El halo de objetividad, rigor y pluralismo del comunicador es un espejismo. Lo han pillado tantas veces en fuera de juego que tragárselo no es un acto de fe, es otra cosa: CDR terroristas, "esto es muy burdo, Inda, pero vamos con ello", los audios de Florentino Pérez, etcétera. El de La Sexta reparte juego entre sus aliados, y la recompensa llega en forma de reconocimientos públicos como el de hace unas horas: la entrega de los Premios de la Guardia Civil 2023 en la categoría del periodismo. Le ha tocado uno de los galardones, y el de 'Al Rojo Vivo' no se ha querido perder la cita.

El motivo para condecorar al periodista es, citamos literalmente, "la cobertura informativa de operaciones y actuacionses desarrolladas por efectivos de la Guardia Civil" en sus espacios y en la cadena en general. Cosa que, en realidad, no está nada mal parida: tiene línea directa y, cuando hay que hacer un favor, lo hace sin pensárselo dos veces. En su discurso de agradecimiento ha mencionado algunas de estas operaciones policiales; evidentemente las menos polémicas e inocuas para su imagen pública y profesional. "Yo hoy aquí me siento como en familia. Es la Guardia Civil, por todo, por tanto, por estar en un balcón en Girona, salvando en alguien en una playa..." Antonio se ha derretido. Estaba emocionado. Demasiado.

El discurso de Ferreras llegó después de la entrega protocolaria del diploma acreditativo que, seguramente, ya decora su despacho en Atresmedia. Glamur, glamur, muy poco tenía el DIN-A3 color V.E.R.D.E. con el que se marchó a casa. Pero como la cosa iba de sentimientos, estará bien contento con el pongo. Tanto que, fiel a su estilo futbolero o merengón, se marcó un gesto que deja con los ojos como platos. Ha perdido el juicio. Después de recibir el papelote, apunta con su dedo índice al corazón e inmediatamente lo dirige hacia el público asistente. Como si hubiera marcado un golazo, tú. Lástima que el realizador del evento decidiera fundir la imagen en el momento más inoportuno. Pero verlo, lo vimos.

Ferreras y su gesto recogiendo el Premio de la Guardia Civil / X

¿Por qué, Antonio? ¿A quién iba dirigida la dedicatoria en plan Vinicius? ¿Quizás estaba Ana Pastor, su mujer, entre los asistentes? ¿O sus subordinados en La Sexta? ¿Eran, por el contrario, sus superiores? ¿O trataba de adular a Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior, quien presidía el acto? En todo caso, su efusión y extemporaneidad llama la atención. La red no da crédito con el show benemérito de Ferreras, porque pese a conocer perfectamente al personaje, la sensación de tomadura de pelo es evidente. Y las críticas, sangrantes. Enhorabuena. O no.