Defender lo indefendible se está convirtiendo en misión imposible incluso para los monárquicos más convencidos. No todos, claro, porque la capacidad del trifachito para practicar el funambulismo más descarado es una habilidad digna de talent show televisivo. El cobarde discurso de Felipe no hay por donde cogerlo. Sí, muy bien. Apoyó a los sanitarios que luchan contra el coronavirus (¡faltaría más!), espoleó a la ciudadanía con formas y palabras muy manidas, e intentó hipnotizar a sus seguidores con un muestrario de muecas y gestos de gabinete de comunicación que le hacían parecer un telepredicador. Pero lo hizo tarde, mal, y obviando aquello que realmente quema en la opinión pública sobre la Corona: el escándalo millonario de Juan Carlos, aquel que dijo "lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir".
Al día siguiente de la pantomima real los tótems mediáticos han tenido que mojarse Y queda claro que Felipe se está quedando sin aliados. Uno de ellos es Antonio García Ferreras, que todavía no 'abdica', pero le quedan dos telediarios. No lo puede esconder: "No basta. Esperábamos mucho más. Tenía que ponerse en primera línea por el escándalo, y no lo hizo". De hecho, el presentador de 'Al Rojo Vivo' tiene clara cuál fue la noticia: la cacerolada atronadora de la ciudadanía, más larga y contundente que el papelón retransmitido por todas las teles. Un estruendo que ha llegado a Zarzuela: "fueron conscientes en la Casa Real. Tienen un duro reto por delante, tiene que responder".
Así fueron las caceroladas por toda España contra el rey https://t.co/ce2rxhz7YO
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🔴 'Coronaciao' cantaban ayer algunos balcones mientras hablaba Felipe VI. #coronavirusARV ▶ https://t.co/YZxavHo2Sa pic.twitter.com/wZZ6VNAoBL
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El periodista y colaborador Antonio Maestre remataba la faena: "Felipe solo mira por su supervivencia. Ha utilizado el coronavirus para que no se hable del escándalo. ¿Para cuándo la lealtad del Rey con su pueblo?". Ferreras aguanta la respiración e intenta contenerse, pero la realidad es impepinable. No cuela, Borbones.