Cuando pensamos que en la guerra de Rocío Carrasco contra Antonio David Flores ya se ha visto todo, descubrimos nuevos giros de guion que resultan sorprendentes. Por ejemplo, ver al principal defensor público del exguardia civil dedicando palabras de agradecimiento sincero a su enemigo número 1. Hablamos de Kiko Matamoros y su confesión sobre Fidel Albiac. Fidel es uno de los personajes más enigmáticos de la trama: muchos los califican de manipulador, oscuro e incluso de racista. También se le señala como el principal motivo del distanciamiento entre Rocíitio y sus hijos, especialmente la hija Rocío. La joven no soporta a Fidel desde hace años, como ha expresado en varias ocasiones en las redes sociales. Antonio David ha ido más allá y lo ha acusado de graves delitos, como el tráfico de drogas y el proxenetismo. Cualquier espectador de esta batalla tendría claro que a Fidel, "ni agua". Pero no: Matamoros, azote de Carrasco, tiene buenas palabras hacia el sevillano. Todo el mundo descolocado, vaya.
Matamoros explicaba en el 'Viva la Vida' de Telecinco el motivo por el cual siempre estará agradecido a la actual pareja de Rocío Carrasco: Albiac intercedió con dos de las hijas del colaborador de 'Sálvame', enemistadas (cómo si no) con Kiko. Ya saben que las relaciones familiares del exrepresentante son un pequeño Vietnam: se ha zurrado con toda su prole. El caso es que Fidel quiso ayudar a que dos de ellas (que trabajaban al musical sobre Rocío Jurado) firmaran la paz con Matamoros. Y a pesar de la tormenta actual por el caso Carrasco, "siempre le agradeceré las palabras que tuvo con ellas". El papel de intermediario desinteresado es precisamente el que hace dudar a Kiko del dibujo que se hace de Albiac, especialmente en aquello que pertenece a las relaciones entre Carrasco y sus hijios. Lo explica así: "entiendo que si haces eso con un señor ajeno y por el bien de unas crías, en su vida actuará igual. Lo tengo clarísimo". Aquí los buenos y los malos se intercambian los roles a la velocidad de la luz. Si cierras los ojos, te lo pierdes.
Matamoros es el rey de la manada y, seguramente, Antonio David no osará ni toserle a pesar de haber desmontado parte de su argumentación. Seguro, eso sí, que se ha tenido que poner pomada. Porque este puñal no mata, pero hiere.