El matrimonio formado por Tamara Falcó, marquesa de Griñón y una de las figuras más mediáticas de la alta sociedad española, e Íñigo Onieva, empresario y conocido en el mundo del lujo, está pasando por un momento especialmente complicado. Según fuentes cercanas a la pareja, el último fin de semana fue particularmente tenso en su hogar debido a los problemas que están enfrentando para concebir un hijo. Los intentos fallidos de las últimas semanas, sumados a la presión emocional que conlleva este proceso, han generado un clima de frustración y desgaste en la relación. 

Intento fallido para lograr el embarazo

Tamara Falcó, de 41 años, e Íñigo Onieva, de 38, llevan varios meses intentando ampliar su familia. Sin embargo, lo que parecía un camino ilusionante se ha convertido en una fuente de estrés y preocupación. Según han revelado allegados a la pareja, los últimos intentos por lograr el embarazo no han dado resultado, lo que ha llevado a ambos a enfrentarse a una montaña rusa de emociones. El fin de semana pasado, tras un nuevo intento fallido, la tensión en casa alcanzó su punto más álgido, con discusiones y momentos de silencio incómodo que reflejan el desgaste emocional que están sufriendo. 

La presión por convertirse en padres no es nueva para Tamara e Íñigo. Desde que anunciaron su compromiso en 2022 y se casaron en una fastuosa boda en septiembre de 2023, los rumores sobre su deseo de formar una familia han estado presentes. La hija de Isabel Preysler, en varias entrevistas, ha expresado abiertamente su ilusión por ser madre, mientras que su marido también ha compartido su deseo de vivir la paternidad. Sin embargo, lo que comenzó como un proyecto lleno de esperanza se ha topado con obstáculos que han puesto a prueba la fortaleza de su relación. 

Fuentes cercanas a la pareja han señalado que, aunque ambos están comprometidos con el proceso, la situación está afectando especialmente a Tamara, quien siente que el reloj biológico corre en su contra. La marquesa, conocida por su carácter fuerte y su capacidad para enfrentarse a los desafíos, ha mostrado en privado su frustración y tristeza por la dificultad para concebir. Por su parte, Íñigo Onieva intenta mantenerse firme y apoyar a su esposa, pero la presión también le está pasando factura. 

Estrés por lograr el embarazo 

El estrés por lograr el embarazo se ha visto agravado por el escrutinio público al que está sometida la pareja. Tamara Falcó, como figura pública, vive bajo los focos de los medios de comunicación, y cada paso que da es analizado y comentado. Este constante interés mediático ha añadido una capa adicional de presión, haciendo que el proceso sea aún más difícil de sobrellevar. Además, los rumores sobre supuestas crisis en el matrimonio han circulado en las últimas semanas, aunque la pareja ha intentado mantener una imagen de unidad frente al público. 

A pesar de las dificultades, Tamara Falcó e Íñigo Onieva siguen buscando soluciones y no pierden la esperanza de cumplir su sueño de ser padres. Según han indicado fuentes cercanas, la pareja está considerando recurrir a tratamientos de fertilidad y otras alternativas médicas para aumentar sus posibilidades. Sin embargo, también son conscientes de que este camino puede ser largo y lleno de altibajos.