TV3 ha encontrado la guinda del pastel de una programación líder. Desde que se quiso girar el timón de la cadena para dejar de hablar de política y del procés, todos los nuevos programas van dirigidos a hacer una TV de entretenimiento donde se reserve la política a los TN y los programas de producción propia, como Els matins, Més 324 o Tot es mou. Una decisión lógica: TV3 es una cadena de periodistas y no saben hacer show, humor o entretenimiento más o menos frívolo .Por eso los programas no informativos se externalizan, con mejor o peor resultado. De todos los programas de la temporada que hereda Sigfrid Gras de la época Sanchis, el más exitoso es Eufòria. Dejando de lado las acusaciones de plagio de los trincos, es el gran producto que le faltaba a TV3 para promocionar el entretenimiento en catalán (y la música en catalán) entre los jóvenes. Por eso ha resultado inexplicable la decisión que tomaron la cadena y la productora al escoger como invitado especial de la gala final a un cantante catalán, obviamente, pero que decidió cantar en castellano. Es Nil Moliner.
Nil Moliner pasó por el "peaje" de cantar 30 segundos de una canción en catalán, un pequeño fragmento de 'Som ocells', pero después ya se pasó a una canción entera, larga, de tres minutos y en castellano, Dos primaveras, que era la que quería promocionar porque es de su último trabajo. El programa lo vendió como un "medley" para intentar ocultar lo que estaba pasando: el artista quería promocionar un tema suyo en castellano y TV3 no supo ver la contradicción. Eufòria se enorgullece de hacer cantar a los jóvenes (sean concursantes, fans o espectadores) en catalán pero para la Gala final, el momento culminante, un artista catalán consagrado dice que canta en castellano, que eso vende más y consigue llegar a más gente. Este es el mensaje que recibían los concursantes, futuros artistas de la canción catalana. El panorama era desolador. Pifia descomunal de TV3 y Veranda TV. En twitter, críticos culturales y espectadores se ponían de acuerdo: vergüenza ajena.
La segunda edición la volvió a ganar una chica, Jim, y Marta Torné se emocionó y lloró en directo cuando reconocía el inmenso trabajo que hay detrás de este gran formado. Torné, capaz de lo mejor y de lo peor. A su lado Miki Núñez se ha hecho enorme como presentador y showman. Torné, cuando abandonaba el escenario en el último minuto de la final, soltó una perla en perfecto castellano: "Yo me voy, ya". Fueron las últimas palabras que se dijeron en la 2.ª edición de Eufòria. A pesar de la pifia incongruente en la final, un super éxito.