El Foraster de TV3 sigue demostrando semana tras semana que probablemente sea, hoy por hoy, el programa más querido, emotivo, conmovedor y familiar de la parrilla de TV3. Lo que hace Quim Masferrer cada lunes es magia televisiva. Y humana. Pueblo que visita, pueblo que nos enamora. Por sus vistas, pero sobre todo, por su gente. Por su muuuuuuy bueeeeena geeeeente, como siempre pregona el presentador.
Un programa que puede ver toda la familia, que gusta a pequeños y grandes, que hace reír y hace llorar a partes iguales y que vaya donde vaya, se convierte inmediatamente en el programa más visto del día en TV3. Y este lunes, récord de la nueva temporada: un descomunal 25,5% y 508.000 espectadores por término medio. Una auténtica barbaridad.
El Foraster visitó por primera vez en sus casi 100 programas, una de las pocas comarcas que todavía no habían recibido el dardo que lanza Quim desde su sofá: el Baix Penedès. Concretamente, el Montmell, un rincón precioso entre viñas y montañas, 1.582 habitantes que viven en el Penedès más escondido, pero lleno de amor.
Amor como el que se tienen Ricard y Manuel, pareja desde hace años. Amor como el que tiene Jaume por los calçots, un campesino orgulloso de haber ganado seis veces el concurso del mejor calçot a sus vecinos del Alt Camp. Amor como el que tienen Adrià y sus amigos por las vistas que ven desde lo alto de todo. Amor como el que tiene Lucía por sus alpacas. O amor como el que trata Patricia, terapeuta de pareja que definió las cuatro patas sobre las que se ha se sostener una relación sentimental:
También, sin embargo, pudimos ver el amor fraternal que se tenían dos hermanos nonagenarios entrañables. Masferrer, sólo llegar al pueblo, se los encuentra sentados, el uno al lado del otro: Roman y Albert.
"¿Cómo estamos?", les pregunta Quim. Y Roman, el del bastón, le responde socarrón: "Sentados, bien". Vivían el uno al lado del otro, puerta con puerta. Vecinos y hermanos. Roman toma la palabra: "Cuando eres viejo, te sale todo: sordo (dice en referencia a su hermano), cojo (dice en referencia a él)... Él tiene 95 años años y yo tengo 92".
"¿El hecho de estar juntos siempre no hace que haya razones?", quiere saber El Foraster. Pero Roman deja claro que el amor de estos hermanos ha podido con todo: "El único que chilla soy yo. Él es mejor que yo". Roman es quien habla por los dos y Albert quien se lo miraba. Quim, cuándo los reencuentra el día del monólogo, les dice: "Ahora entiendo porque lleváis más de 90 años juntos y no habéis tenido nunca razones: porque uno no habla y el otro no calla".
Masferrer le preguntó al hermano pequeño cuándo era el cumpleaños de Albert. Respuesta impagable: "¿En abril, verdad, cumples los años?". Albert le corrige: "¡En enero!". Y Roman: "No me he equivocado de mucho... tres meses". Masferrer alucina, todo el mundo, en el pueblo y en casa, reímos. Emoción con este par de hermanos entrañables.
Y más, al ver la ultima imagen del programa de este lunes. Cuando Quim acaba el monólogo y se despide, salen los créditos con toda la gente que hace posible El Foraster. Se intercalan con imágenes de él charlando con los vecinos que hemos conocido. Pero al final de todo, una imagen nos conmovió: un recuerdo, un homenaje, el pésame de todo el equipo del programa, precisamente por Albert, semanas después de haber ido a grabar el programa a su pueblo.
El Foraster es un programa tan bonito que realmente, cada semana, cuando vamos conociendo a los vecinos de los diferentes pueblos que visita, es como si fueran vecinos nuestros, dan ganas de darles un abrazo. Por eso, cuando a lo largo de estos años, han informado de la muerte de alguno de ellos, nos deja tocados a todos los espectadores y fans del programa.
Descanse en paz Albert. Un abrazo fuerte a Roman y a todos los vecinos del Montmell.