Nunca le agradeceremos lo suficiente al bueno de Quim Masferrer y a su equipo lo que hacen cada lunes por la noche en TV3. El programa más humano, conmovedor, terapéutico y emotivo de la televisión, la mejor manera de empezar semana mirando la tele desde el sofá y disfrutando con las personas que conoce El Foraster, recorriendo arriba y abajo nuestro país precioso que no te lo acabas. No falla, no hay pueblo donde no se encuentre personas que valen mucho la pena y que abren su corazón para explicarle a  Quim cómo son y qué les pasa. Y Miralcamp, en la comarca del Pla d'Urgell, no ha sido una excepción.

'El Foraster' en Miralcamp / TV3

1.351 habitantes en un mirador privilegiado, "48 horas en un pueblo de donde no querremos largarnos", pregonaba Quim Masferrer. Y se entiende. Un pueblo delicioso con una gente todavía mejor. Y como siempre, la opción preferida por los espectadores catalanes. 479.000 espectadores y un 25% de share. Una barbaridad. uno de cada cuatro espectadores estaban viendo cómo le iba al Foraster por este pueblo. Es una pena que el otro 75% se lo perdiera, pero siempre pueden recuperarlo en TV3 a la carta. Allí conoció a personas entrañables, como un hombre, en medio de un camino, ante el horizonte, tocando con el acordeón piezas como El cant dels ocells. Un hombre como Marcel·lí, que mientras su mujer Carme vivía y estaba con él, no paraban de ir arriba y abajo y visitar lugares, mientras él tocaba y ella escuchaba. Ahora, después de un año de la triste muerte de su mujer, él sigue haciéndolo, en medio de la naturaleza. Seguro que Carme lo está escuchando allí donde esté:

Quim se emocionó y se rio mucho también, con cuatro jóvenes que tocaban en un grupo de música, con sus dos gruppies septuagenarias, con un recolector de olivas que se come la mitad de las que recoge mientras va diciendo a todo que "¡correcto!", o con un hombre que camina cada día 17 kilómetros y que no se detiene ni para hablar con El Foraster:

Una de las personas, sin embargo, que le hizo reír como nunca, y al mismo tiempo, lo emocionó, a él y a todos nosotros, fue Flor. Motera de cuajo, desde que es pequeña, Quim se la encontró yendo en moto con su hermana gemela. Dos chicas apasionadas por el motor, que recibieron el mejor regalo de su vida de pequeñas, picando el Tió unas Navidades, cuando recibieron sendas licencias para llevar un ciclomotor. Después, pasados los años, su pasión ha ido a más. Tanta, que incluso Flor puso una condición para encontrar pareja: que también fuera un loco por las motos. Lo encontró. Y no sólo eso, tuvo la boda más original, peculiar y única: vestida de motera, entrando en moto y con su futuro marido esperándola en el altar encima de una moto... Y cuándo lo vio, con prisa, excitada al verlo así: "¡Que se acabe rápido la ceremonia... y al piño!"... Ya se imaginan qué es el piño...:

Maravillosa. Al igual que cuando reveló que su moto, la que lleva cada día, está bautizada, "tiene un nombre... y se llama Txell. Yo compartía la pasión por la moto con una amiga y compañera de trabajo que llevaba esta moto. Hace un año y medio, desgraciadamente, tuvo un accidente laboral y falleció. Yo ya tenía moto, pero me dije que tenía que llevar la moto de Txell. ¿Por qué? Para que continúe con nosotros. Su moto está, pues Txell todavía está también".

Quim Masferrer con Flor y su moto, la 'Txell' / TV3

Flor, motera de Miralcamp... y una amiga única / TV3

Al oír estas emocionantes palabras, Quim le dice: "Flor, con Txell habíais hecho tantos kilómetros juntas, que su moto, ahora que ella ya no está, tenía que seguir sumando kilómetros, de esta manera es como si Txell siguiera con vosotros. Cuando os encontré (a ella y a su hermana) pensé que siempre salíais dos en moto. Ahora sé que no... no salís nunca dos. Siempre seréis tres"... Toda la razón del mundo. Un testimonio conmovedor. Gracias a Flor por compartir con El Foraster y con los espectadores lo que hizo y sobre todo, gracias por su humanidad. Seguro que allí donde esté, Txell estará muy orgullosa de ver a su amiga encima de su moto.