Los últimos días de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no están siendo los más ejemplarizantes, que digamos. Después de presentar con pompa y circunstancia el concierto en los balcones, tuvo que suspenderlo antes de que sonara la primera nota por el elevado coste que suponía. Una mala idea, un momento equivocado, una chapuza, en definitiva.

@adacolau

Poco antes, su comparecencia en rueda de prensa en la Plaza Universitat, sin guantes ni mascarilla, a finales de abril y en plena crisis por la pandemia. Le llovió las críticas y no ha vuelto a repetir escena... en un acto oficial. Porque la han vuelto a pillar con las manos en la masa en su día a día. Colau ha vuelto a hacer hervir la red por una fotografía donde no se sabe si fruto de un desliz o una irresponsabilidad, ha sido fotografiada in fraganti por algún vecino de su barrio.

¿Cómo? Como ven. Sin mantener la distancia de seguridad recomendada por las autoridades, con la mascarilla puesta donde no toca, y sin guantes. Algunos ciudadanos se están saltando a la torera las recomendaciones de estos días, para algunos parece que la pandemia haya acabado y están viviendo su desconfinamiento particular, con un caso relativo de las normas y los consejos. Pero que lo haga ella, es de traca. Que ella ignore las medidas que repiten una y otra vez a los barceloneses, es para hacérselo mirar. La reacción ha sido masiva:

Por cierto, aunque no lo parezca viendo a su alcaldesa, Barcelona todavía no ha cambiado de fase de desconfinamiento.