Decir que Rosalia es un icono planetario es una obviedad tan grande como afirmar que el sol sale por la mañana y se pone por la noche. La cantante catalana es una estrella con mayúsculas y su impacto traspasa de largo los escenarios y el mundo de la música. También es un referente de moda, y ella un personaje que reconocerían en la mayoría de los rincones del planeta. De hecho, el influjo de la ganadora de 4 Grammy Latinos por su último disco, 'Motomami', es tan bestial que incluso provoca apariciones, alteraciones visuales y cerebrales, espejismos e incluso fenómenos paranormales. La tenemos todos en la cabeza, no hay discusión al respecto.
Seguramente consideran que estamos exagerando, que sentimos debilidad por el artista de Sant Esteve Sesrovires. Bien, no les falta razón en una cosa: somos del team Rosalia. Nos alegramos de sus éxitos personales y profesionales, de su carrera impactante, de todas las cosas buenas que le pasan desde que se destapara de forma abrumadora con el famoso 'El mal querer'. Pero no, no exageramos ni un poquito. Por aquí no pasamos. Y tenemos pruebas irrefutables. Rosi ha desbancado a figuras importantísimas del famoseo internacional, a su lado parecen imitadoras. Algunos de los looks de la cantante han dejado tanta huella que han quedado ligados para siempre a su nombre, a su leyenda. Por ejemplo, el de sus gafas de sol sacadas directamente de la ruta del bakalao, de una discoteca techno. Pues no, ahora son las gafas Rosalia.
Seguramente los entendidos en materia de moda y complementos tengan un montón de críticas y reproches que hacer a quien suscribe este texto. Y tendrán razón. Pero también les advertimos una cosa: no me moverán ni un milímetro. Rosalia marca tendencia y, detrás de ella, va el resto. Por eso, precisamente, hemos vivido una experiencia que los maestros de las ciencias ocultas harían bien en explicarnos: por qué se aparece la catalana cuando miramos las instantáneas que los paparazzis han realizado a una de las supermodelos más importantes del planeta, la rusa Irina Shayk. La ex pareja de Cristiano Ronaldo es madre de una niña con el actor Bradley Cooper, Lea de Seine, que ahora tiene 5 añitos. Sus padres cortaron poco después de su nacimiento, y su custodia ha sido, en algunos momentos, complicada. Ahora parece que hay más armonía. Se han reconciliado. Esta es la pequeña Lea con sus progenitores el pasado mes de septiembre.
Irina ha disfrutado de un paseo por las calles de Manhattan en compañía de la chiquitina, y se ha pegado un pequeño homenaje que, teniendo en cuenta el momento del año y la ciudad donde viven, llama la atención: se está zampando un helado. Que sí, que es rusa, que en NYC están más acostumbrados al frío, lo que quieran. Pero hace rasca: lleva un abrigo de plumas y guantes, no hace día de ir a la playa. Pero vaya, que si el tema del helado chirría, no se imaginan la sensación tan extraña que es mirar las imágenes y, en vez de ver a la rusa, descubrir que es clavada a Rosalia. Nos pellizcamos y nos pellizcamos, pero no hay manera, tú. Irreal.
Irina Shayk sports a long coat as she walks through NYC ... amid rumors of with Bradley Cooper pic.twitter.com/p4RIvb2BZ0
— DTN NEWS (@DTNNEWUpdates) November 23, 2022
Rosalia, un mito que provoca alucinaciones. Reina.