La campaña electoral más larga de la historia entra en la recta final. Desde la moción de censura de junio de 2018, con Rajoy tragándose 2 botellas de whisky, a noviembre de 2019. Un año y medio de campaña que supuestamente acabará el 10-N. En TV, la cadena que emite propaganda política 24 horas al día (no tiene series ni concursos) es La Sexta. Al rojo vivo se estrelló entrevistando en prime time el jueves a Pedro Sánchez: GH VIP hizo un 30% de audiencia y la entrevista un escaso 9,8%. Empacho y cansancio. Y el director de La Sexta, Antonio G. Ferreras, creyendo que lo petaría.
El fracaso de audiencia se añade al nerviosismo del PSOE. El alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, célebre tuitero bocazas, el que mintió sobre el caché de Rosalía, ha difundido una fotografía que nunca se había mostrado: dos políticos hablando en el bar del Congreso (Rivera y Casado) en zona reservada. Lo hizo por interés y con motivos electoralistas. Todo el gremio, el periodístico y el político, ha evidenciado el ridículo de Puente pero él brama contra La Sexta por un letrero impreciso en Más vale tarde que reza "Puente fotografía a Iglesias y Rivera":
Puente se agarra al clavo ardiendo de que al no ser diputado, no pudo ser el autor de la foto. Él la difundió. Con maneras chulescas y prepotentes, de barra de bar, escupe a periodistas: "Manipuladores de cuarta división. Me dais asco y vergüenza. Hago lo que me da la gana Trabajad más". Eso es un efecto que el PSOE no tenía previsto de la repetición electoral: los quinquis del partido saldrán a hacer el ridículo. Y Ferreras sin saber con quien va.