El coronavirus ha llegado a Catalunya. Este miércoles se ha confirmado un segundo caso. El virus originado en China se está esparciendo, y ya hay zonas donde están especialmente atentos, como el norte de Italia. En España, 10 casos detectados en las últimas 36 horas. Las autoridades sanitarias, sin embargo, alertan que no se extienda el pánico y que los medios de comunicación tengan especial cuidado a la hora de abordar las diferentes informaciones que vayan surgiendo. El programa Espejo público no se ha dado por aludido.
El matinal de Antena 3 se ha cogido al coronavirus como agua de mayo. Han encontrado un filón y no perderán la oportunidad de sacar jugo desde todos los ángulos posibles. El tema, como mínimo, es serio. O tendría que serlo. En las redes, sin embargo, se observa cierta burla. Sólo hay que ver el alud de comentarios o memes que ha generado el virus, que incluso, tiene una cuenta personal de Twitter donde se leen frases como:
Que la red se lo tome con sorna, es, hasta cierto punto, esperado. Pero que programas que en teoría son serios, hagan lo que hacen, es para ponerse una de las mascarillas que se están agotando, pero no en la boca, sino en los ojos, para no verlos. O en las orejas para no oírlos. Lo que habría que exigirles es un mínimo de vergüenza torera que de momento, en Espejo público, han demostrado no tener. Toreros, sí. Vergüenza, muy poca. O ninguna. ¿A qué experto han llevado para hablar del coronavirus? ¿A un científico? ¿A un doctor? ¿A alguna autoridad? No. A Fran Rivera. Toda una eminencia. Un erudito en la materia.
¿Qué pinta este torero hablando del coronavirus? ¿O mejor dicho, qué pinta este torero hablando de cualquier cosa? Esta vez, sin embargo, verlo y oírlo en el programa de la Griso, sentando cátedra, ha irritado sobremanera a los espectadores. "Yo soy muy alarmista y muy cobarde. Los gobiernos no están preparados para lo que se viene encima. Como cunda el pánico... Lo que viene es mucho más serio de lo que parece". He dicho. Rivera se queda tan ancho. La red tampoco se ha callado:
Un auténtico delirio. Hace tiempo que el código deontológico de muchos programas de TV contrajo el coronavirus.