Cuando Susanna Griso anunció que a partir de esta temporada, uno de sus colaboradores más esperpénticos, el torero Fran Rivera, conduciría una sección él solito que se llamaría Rivera y amigos, alguien en redes hizo el siguiente comentario: "Ahora solo falta que tengas en nómina a José Manuel Soto". En nómina, no. Pero ya tardaba Rivera en invitar al polémico cantante a hacer unas risas patrióticas. Y el momento ha llegado.
Torero y cantante ya se lo han dicho todo ellos sobre los comentarios que llegarían después de su ji, ji, ja, ja en Espejo público: "Mira a los dos fachas estos. Los dos señoritos fascistas que ahora cogerán al caballo y putearán al caballo. Lo que tú sabes". Y a partir de esta afirmación, una retahíla de lugares comunes de la España más rancia anclada en el pasado y en el antes vivíamos mejor. Dice Soto: "los 80 y 90 eran una balsa de aceite. Nadie discutía de política. Todo el mundo lo pasaba bien. Salíamos con gente de todas las ideologías y nadie preguntaba nada. Todo eso ha venido después. Ahora España está muy envenenada. Nadie hablaba de Franco ni de todos los malos rollos que hay ahora". Simplificar todo el dolor que provocó el dictador (y que los que lo sufrieron nunca olvidarán) en un 'mal rollo', sólo está a la altura de alguien como Soto.
El cantante, con una extrañísima mata de pelo, ha confirmado que "no paran de llamarme para que me meta en política, de Vox y del PP". Y después se extraña que "Muchas veces me dicen fascista, que es una cosa alucinante. Pero, ¿por qué? Si yo lo único es que no estoy de acuerdo con ciertas cosas que están pasando". La jeta de este personaje es de las que hacen época. Alguien que lleva de un tiempo a esta parte, menospreciando todo lo que tenga que ver con Catalunya y los independentistas. Y esta ocasión, no ha sido menos: "Me posicioné un poco con el tema catalán que me molesta mucho que los políticos catalanes se dediquen a dividir a la gente. A enfrentarla. Eso es un crimen". Claro... Eso es un crimen y recordar las barbaridades que hizo Franco es un mal rollo del que antes nadie hablaba. Soto ha acabado su conversación de café, copa y puro asegurando que "no hay que ofenderse", todo y que "El insulto me molesta, pero el debate sí me gusta. Hay gente en Twitter que debate y eso está bien"... No lo dirá por él.