El tiempo se agota para el dictador Franco. Se agota, queremos decir, en el Valle de los Caidos. De aquí a unas horas (si no hay obstáculos o sorpresas en el último momento), todos aquellos nostálgicos del régimen franquista tendrán que ir a visitarlo (bien, a la momia) al cementerio de Mingorrubio-El Pardo, a 35 kilómetros de allí. La exhumación es el espectáculo del día en radios, televisiones, diarios... Y en las redes sociales, el único medio de comunicación que Franco no pudo controlar en vida... ni podrá amordazar muerto. Y quizás es mejor así, porque "si Franco levantara la cabeza"... quizás no le llevarían a descansar al panteón familiar, sino al espacio exterior. Allí donde no hubiera Twitter. Ni memes. Ni videojuegos, incluso.
Y es que si actualmente hay un espacio donde la imaginación, el sarcasmo y la irreverencia son "el pan nuestro de cada día", este es el virtual. Abrir cualquier red social y no encontrarse alguna parodia sobre el traslado del dictador es prácticamente imposible: se ha convertido en el deporte nacional, del día y de la semana. El catálogo es antológico, y aunque no haga justicia con la infame historia del personaje, cuando menos sirve para amenizar la espera antes de que todo el estado (y, especialmente los familiares de los asesinados y represaliados) vean volar el helicóptero que lo aparque definitivamente en su nuevo emplazamiento.
24 de octubre de 2019, el día de la mudanza definitiva de Franco. A partir de ahora, queda lo más difícil: conseguir la mudanza del franquismo. Si es posible, que sea mucho más lejos que El Pardo, por favor.