El mundo del fútbol en general, y los culés en particular, estamos de enhorabuena. Es más, no sólo los fans de este deporte, toda la sociedad se puede felicitar por lo que están consiguiendo las jugadoras del Barça Femenino. Las Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Mapi León y compañía están consiguiendo que todo el mundo ponga el foco en ellas. Han venido para cambiar las cosas, han dado un golpe encima de la mesa y están haciendo que todo el mundo viva, vea y se vuelva loco con su fútbol. Son los nuevos ídolos del barcelonismo y la envidia de todo el planeta. Sus éxitos encima del césped las ha hecho merecedoras de dos récords consecutivos: el de máxima asistencia de público en la historia del fútbol femenino en un estadio. Dos hitos consecutivos en Champions en el Camp Nou, primero en los cuartos de final contra el Real Madrid y después, el pasado viernes en semis contra el Wolfburgo, el partido con más público que ha habido nunca: 91.648 personas, entre las cuales servidor, aplaudimos y vibramos con las jugadoras azulgranas en un 5 a 1 que nos emocionó, con el público entregado, que muchos minutos después del silbido final todavía coreaba a sus futbolistas y les pedía fotos y autógrafos.
Los niños y niñas culés visten sus camisetas, especialmente, la de la mejor jugadora del mundo, nuestra capitana Alexia Putellas. Pero también, sus compañeras ya son ídolos de la afición. Gracias a Sandra Paños, Cata Coll, Gemma Font, Irene Paredes, Jana Fernández, Mapi León, Melanie Serrano, Marta Torrejón, Leila Ouahabi, Andrea Pereira, Ana-Maria Crnogorčević, Patri Guijarro, Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Ingrid Engen, Clàudia Pina, Caroline Graham Hansen, Mariona Caldentey, Jenni Hermoso, Fridolina Rölfo, Bruna Vilamala, Asisat Oshoala, Lieke Martens. Gracias también a Jonatan Giráldez y todo el cuerpo técnico. Gracias porque con su esfuerzo, talento, trabajo, humildad e insistencia han hecho que todo el mundo mire hacia ellas. Un equipo de ensueño, ganador, histórico, que va camino de ganar su segunda Champions consecutiva después de volver a ganar la Liga, de momento, habiendo ganado todos los partidos.
Una de las artífice de esta realidad es una jugadora que se fichó el pasado verano para reforzar y mejorar todavía más el equipo. Procedente, precisamente, del Wolfsburg, la sueca Fridolina Rolfo llegó a Barcelona radiante: "Es tan bueno ser la primera jugadora sueca en jugar en el Barça, se siente súper especial. Es un gran club de fútbol masculino sobre todo pero ahora también en el femenino. Espero poder inspirar a los niños y niñas de que es posible jugar en Barcelona algún día". Desde el primer día, Rolfo ha encajado a la perfección en el vestuario... y en el país. Siempre que puede, se va a recorrer Catalunya, enamorada de lo que se encuentra. Aquí les mostramos unos ejemplos de los rincones que había visitado hasta ahora: el Tibidabo, el Parque Güell, Sitges o Montserrat.
Con esta elección ya se pueden hacer una idea de lo integrada que está la sueca en Catalunya. Desde que aterrizó aquí, no ha parado de visitar lugares emblemáticos de nuestra tierra preciosa. Lugares que la han enamorado... hasta llegar al lugar definitivo, según ella, "cargando pilas en el entorno más bonito". Y tiene toda la razón del mundo. Con permiso de Cadaqués, Rolfo ha quedado enamorada de Calella de Palafrugell, donde ha ido a pasar una jornada maravillosa antes de los próximos objetivos como certificar el pase a la final de la Champions de Turín. Bikini, gafas de sol, disfrutar de la arena y sobre todo, de la belleza de un entorno paradisiaco:
Sus compañeras de vestuario y la red, rendidas a la sueca, como Aitana Bonmatí ("The best place"): "Ya eres más catalana que el Carnet Jove", "There's nothing like L'Empordà", "Una persona de bon gust", "Catalunya, the best". Catlunya, the best, como ella. Fridolina Rolfo, enamorada de Catalunya y los catalanes, de ella.