Uno de los motivos de peso que tenemos los culés para pensar que este 2025 será un año en que volveremos a ser felices, a pesar de la que está cayendo en can Barça (Dani Olmo y las inscripciones, Heurtel y su no fichaje, el Camp Nou...) es, sin duda, el Barça Femenino de Pere Romeu, el mejor equipo del mundo, el que nos enamora a los aficionados blaugranas, el que hace que nos caiga la baba viendo cómo juegan Alexia, Aitana, Salma, Mapi y compañía. Este año, si todo va como parece, tiene pinta que repetirán los éxitos de la temporada pasada, cuándo lo ganaron todo. Los culés estamos emocionados con la posibilidad de que este año volvemos a celebrar la Champions, la Liga, la Copa y cualquier trofeo que se les ponga en frente. De momento, ya han empezado el año como acabaron el anterior: a velocidad de crucero, goleando en un campo complicado, el de la Real Sociedad, por 0 a 6:

"Que esta noche tan mágica os repartan aquello que más deseáis...", decían las reinas del vestuario blaugrana antes de la noche de reyes. La próxima cita, este sábado 11 de enero, en el estadio Johan Cruyff, cuando reciban al Levante Badalona en casa. Una nueva ocasión para los socios y aficionados del Barça de ver en acción a Ewa Pajor, Clàudia Pina o a una de las jugadoras más queridas por el vestuario y por la grada. Una jugadora descomunal, rápida como ella sola, ama y señora de la banda izquierda, que se hace cada partido de arriba abajo. Una bala sueca con el pelo rubio que juega como los ángeles: Fridolina Rolfo. La lateral blaugrana seguro que para reyes, y para esta temporada, pidió muchos éxitos y que ella y sus compañeras puedan levantar muchos títulos este año.

Pero en el ámbito personal, seguro que ha pedido continuar así de feliz con su familia guapa y su pareja, a quien adora, y con quien hace ya bastante tiempo que comparten la vida. Un compatriota suyo, guapote como ella, una planta que quita el hipo, y que solo hay que verles juntos para ver cómo se aman. La escandinava, desde que llegó en el verano de 2021 a Can Barça, no ha dejado de descubrir el país desde el primer día. El Tibidabo o el Parque Güell en Barcelona, Sitges, la montaña de Montserrat, Calella de Palafrugell..., pero siempre que puede vuelve a su Suecia querida. Como ha hecho estos días, que ha vuelto a casa para celebrar unos días mágicos llenos de regalos, de mesas preparadas espectaculares con manduca de la buena, con familiares suyos y con su chico, Simon Skott. Rubio, alto y guapérrimo, asistente de ventas y que se conocieron pocos meses antes de que la jugadora fichara por el Bayern de Munich, en el año 2016. Juntos hacen buena pinta. En verano o ahora, bien abrigaditos.

Será un gran año para Fridolina y Simon. Y para Fridolina y sus compañeras en el Barça. Seguro. Fridolina, maravillosa. Fridolina, underbar.