Jon Kortajarena, blanco de las críticas. El modelo vasco lo ha liado en redes sociales, después de publicar la conversación que ha mantenido esta noche con un trabajador de la empresa Glovo. Mensajes cargados de mala baba para exigir que le enviaran a casa inmediatamente una tortilla de patatas que llevaba dos horas esperando. Una humillación al repartidor, obligado a seguir trabajando a pesar de la crisis del coronavirus, que le ha generado una avalancha de reacciones en contra.

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"Llevo esperando dos horas para una tortilla. Si no podéis dar un servicio, no lo déis. Pero esto es jugar con el tiempo y el dinero de la gente". A pesar de las disculpas del trabajador, el tono de Kortajarena ha ido escalando: "Quiero saber cuando cojones me vas a enviar la tortilla". Finalmente, y como la cena no llegaba, ha cancelado el pedido. Pero ha compartido igualmente las capturas de pantalla en Instagram. Pretendía hacer una denuncia pública y ha acabado recibiendo de lo lindo: de maleducado a caprichoso, ha visto como le llamaban de todo.

@kortajarenajon

Hasta el punto que se ha visto obligado a explicarse públicamente. A través de un vídeo que ha colgado en su perfil, Kortajarena asegura que perdió los nervios después de un viaje larguísimo de Los Ángeles a Bilbao para ver a su madre, contagiada de COVID-19: "A mi madre le han diagnosticado el coronavirus. En el vuelo no hay comida. Solo me dieron una botella de agua y una chocolatina. Estaba sin comer. Cuando llegué a casa a las 12 de la noche, decidí pedir comida porque no tenía nada. Me dijeron que tardarían 20 minutos y como 2 horas después no habían venido, lo reclamé". El modelo expone su versión y pide perdón: "Sonó caprichoso, alguna gente se ha enfadado. Yo quería explicar mis circunstancias porque mucha gente se ha sentido ofendida. Pido disculpas. Hoy iré al supermercado a por patatas y huevos y me haré yo una tortilla", bromea al terminar.

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Ojalá no encuentre cola, o acabará a gritos con el cajero.