Desde que ayer se supo el trágico desenlace de Gabriel Cruz, encontrado en el maletero de la pareja de su padre, los espectadores tuvieron dos sensaciones de tristeza. Una, la pena evidente por la crudeza de un caso que ha acabado de la peor manera posible, con la muerte del pequeño de ocho años desaparecido hace unos días en Almería. La otra, la de intuir lo que podía pasar a partir de hoy en las televisiones privadas estatales, que no desperdiciarían la ocasión de mojar pan y hurgar en la herida, aunque ellos dirán que es periodismo, y del bueno. Ya lo avisaban los usuarios de la red, que se ponían la venda antes que la herida, sabedores que la muerte llama a Telecinco y a Antena 3 como si fueran buitres en el desierto.

Y tanto la una como la otra han hecho aquello que temían muchos espectadores: recrearse en el dolor y en el morbo hasta decir basta. Desde primera hora de la mañana, Ana Rosa Quintana y Susanna Griso, Susanna Griso y Ana Rosa Quintana, han empezado una partida de poker a dos bandas donde si una hacía una apuesta atrevida, la otra la superaba. Y así ir tirando. El hecho lamentable es que las fichas de la partida son la muerte de un niño y el dolor de su familia. Entre las dos nos han hecho conocedores de todo el árbol genealógico de Gabriel, entrevistando a cualquier familiar que encontraran por el camino. Si la Quintana conectava con Johany Polanco, sobrina de Ana Julia Quezada, la presunta asesina de Gabriel Cruz, la Griso entrevistaba a Rosa, tía-abuela del pequeño.

En Espejo público no se conformaban con eso y recuperaban del baúl del morbo un caso del 2008, entrevistando a Juan José Cortés, padre de la pequeña Mari Luz, asesinada el 13 de enero de hace diez años en Huelva. ¿Por qué? Para que dijera que Ana Julia siempre le pareció sospechosa, después de haber ido a dar apoyo a la familia del pequeño Gabriel durante los 12 días que ha estado desaparecido.

La petición de la madre

Tanto da que la madre de Gabriel haya pedido esta mañana en los micrófonos de Onda Cero que no se hable más del asesinato de su hijo ("Mí hijo ya se ha ido. Hay gente hablando de mi dolor en mi nombre").

 

Cuanto más lo pida ella, menos caso le harán. De hecho, El programa de Ana Rosa no paraba de abrir nuevas dudas al caso para nadar todavía más en el barro de las miserias humanas con declaraciones vergonzantes: "Supongo que la madre de Gabriel estará sedada". O abriendo interrogantes sobre una supuesta implicación del padre con el crimen. O entrevistando a un amigo de la familia de Gabriel que pasaba por allí y teniendo la poca vergüenza de recrearse en supuestas declaraciones del niño sobre la pareja de su padre: "Tú eras una novia más de papá y te va a dejar como a las anteriores".

Y todo, enseñando fotografías una y otra vez del pequeño, de los padres y de la pareja del padre con el niño Gabriel. Vomitivo ha sido el adjetivo más suave que se ha leído en las redes:

En el momento de escribir estas líneas, han pasado casi tres horas desde que han empezado los programas de las dos. Y ahí siguen. No me extrañaría que hubieran pedido a sus respectivos jefes de cadena de hacer un especial non stop hasta que no quede nada más por destripar o hasta que una de las dos deje estar el tema. Mucho me temo que la familia de Gabriel no podrá hacer un luto en paz por su hijo.