"Supongo que si a un cargo de Podemos se le puede llamar El Rastas por sus rastas a algún otro del PP se le podrá llamar El Robos por sus robos". Así de contundente ha estado el diputado de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, como respuesta a la forma en la que se está denominando al nuevo secretario de organización de Unidas Podemos, el canario Alberto Rodríguez, que sustituye (sorpresivamente) a un histórico de la formación como Pablo Echenique.
Rufián resume perfectamente la actitud de diarios y medios en general a la hora de caricaturizar al diputado, cosa que no osarían hacer con los representantes de sus formaciones políticas de cabecera.
Esta queja ha sido sólo una de las múltiples muestras de indignación ante las maniobras para desacreditar, una vez más, a un miembro de un partido que no comulga con la derecha, pero tampoco con el establishment en general. En el caso de Podemos, un partido que colecciona motes, ya ha visto desdilar por sus oficinas a "El Coletas", "El Gafitas", "Echeminga" o "El Rastas". Parece una película de quinquis de los 80, pero no: Son las formas habituales de sus irrespetuosos adversarios políticos, que insultan, mienten e incluso convierten el Congreso en un patio de escuela.
Rufián sabe bien de lo que habla, ya que él es uno de los enemigos número 1 del españolismo. De derechas, pero también "de izquierdas". El comentario del republicano, siempre afilado en el hemiciclo del Congreso y desde el timeline de su Twitter, ha empezado un verdadero concurso de ver quién la mayor ocurrencia. El desfile de adjetivos imaginativos (otros, no tanto) ha sido un pasatiempo compartido por muchos usuarios. Y ha servido para que recibiera a todo el mundo.