Gabriel Rufián citó a su hijo Biel hace pocos días, en el atril del Congreso donde es diputado estrella. Fue el día que el portavoz de ERC tuvo el honor de ser el primero en poder hablar catalán en la Cámara Baja: "Soy nieto de andaluces y fueron ellos los que me enseñaron a hablar en catalán. Y yo he decidido criar en catalán a la persona que más quiero de este mundo: mi hijo". Tendrá que volver a hacerlo. Será padre por segunda vez. Su mujer es la jefa de prensa del PNV en el Congreso y según han podido comprobar los periodistas que han asistido a la investidura fallida de Feijóo, está muy embarazada. Esta es la pareja de Rufián, poco conocida y menos fotografiada: la vasca y guapísima Marta Pagola.
Rufián tiene buen ojo para las jefas de prensa. Hace años que su mano derecha en la relación con los medios, catalanes y madrileños, es Meritxell Barrionuevo, una periodista de raza, muy conocida desde que fue la corresponsal en Madrid de 8tv en el exitoso programa 8 al día de Josep Cuní. Barrionuevo se ha pasado "al lado oscuro" como acostumbran a decir en el gremio: trabaja para un partido político en la relación con la prensa. Hace un trabajo impecable. Su homóloga del PNV es también periodista, mujer, joven y muy profesional según los compañeros de Madrid. Marta Pagoda, que se formó en la buena cantera de ETB, conoció a su marido en los pasillos del Congreso el año 2019. Acabaron casándose en el 2022 en Irún, el pueblo natal de la novia. Una boda sin fotos públicas en esta bonita localidad guipuzcoana a la que asistieron Oriol Junqueras o Joan Tardà, entre otros. Rufián y Pagoda darán un año después de la boda un hermano o hermana al primer hijo del diputado. Los dos pequeños Rufián se llevarán 13 años.
Biel Rufián nació, paradójicamente, un 12 de octubre, día de la Hispanidad. Ahora cumplirá 13 años y su madre, la primera mujer de Rufián, lo acostumbra a mostrar en Instagram preservando la intimidad: Solo queda saber el sexo y el nombre de la segunda criatura. Para ser cuidadosos, ahora tocaría un nombre vasco. Los hay preciosos tanto de niño como de niña. Y no será impostado, como aquellos madrileños que ponen a su hijo Iker porque suena bien. Será por parte de madre. Felicidades a la pareja.
Rufián no habla de su vida familiar pero sí de la vida privada
Gabriel Rufián no tiene problemas para reconocer sus orígenes humildes:"Empecé descargando camiones de feria, los hinchables esos de críos. Y controlando a los críos todo el día frente a los centros comerciales, que no se hicieran daño con el toro mecánico o el hinchable grande. Y cobraba en negro, claro. En sobres. Luego trabajé en discotecas y en grandes almacenes. Allí también cobraba en sobre, no te hacían transferencia. No recuerdo cuánto cobraba, hace 20 años. Cuadrar la caja era muy difícil y una jefa nos decía 'Sois un cero a la izquierda'. Hace poco la vi, trabajando de lo mismo".