Si había alguien que esperaba con especial nerviosismo la declaración de Gabriel Rufián en el Tribunal Supremo, este era Jordi Cañas. El amigo íntimo del diputado de ERC en el Congreso, de buena mañana ya estaba expectante por saber qué diría Rufián y cómo lo diría. Hasta seis tuits ha publicado en su Twitter el tertuliano de Ciudadanos esta mañana del jueves. Ni el mismo Rufián ha escrito tantos a raíz de su intervención en el juicio al procés.

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¿El tuit más mañanero? El que se preguntaba si calificaría "como carceleros de toga a los miembros del Tribunal Supremo como hace habitualmente por Twitter en su declaración de hoy. Veremos si les tuitea en la cara y en persona o, como la república, todo es virtual. Pronto saldremos de dudas". Después de recibir saludos de buena mañana de los partidarios de Rufián, él respondía:  "Ya empiezan a desperezarse los rufianers", "La fábrica de rufianers hoy está a pleno rendimiento. Los conocerás por sus nombres de perfil raros (letras y números), que todos son de la Narnia República catalana, sus pocos seguidores y su tono faltón, carajillero y ratafiaire".

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Cañas y el resto han salido de dudas y han visto cómo Rufián tiraba de ironía al negar cualquier violencia por parte de los catalanes: "Me chirría que dijeran que era una rebelión, porque yo fui a merendar y me parece que en una rebelión poca gente va a merendar".

O esta otra: "Soy asociado de la ANC, de la biblioteca de mi barrio y del videoclub". Cañas desayunando delante de la tele escuchando sobre las meriendas de Rufián. Demasiado tentador para él, que le ha hecho diferentes menciones al respecto:

No ha sido el único. Cristina Seguí es otra de las que no irán a comer chocolate con churros a la calle Petritxol con Rufián cualquier tarde de estas:

Rufián, tan tranquilo. Sabe que con la irritación que demuestran sus haters, se los ha merendado con patatas consiguiendo aquello que pretendía.