El humorista gallego Miguel Lago no sabemos si hace mucha gracia o no cuando ejerce de humorista. No hemos visto sus shows, ni ganas. Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que cuando se pone serio, hace el ridículo. Cuando se hace el digno y el sabelotodo, ponderando sobre qué está bien hecho y qué está mal hecho, es esperpéntico. Especialmente cuando se pone a dar lecciones sobre justicia, sobre Catalunya o sobre la independencia. Quizás por estas cualidades Pablo Motos lo fichó para su troupe de El Hormiguero, que ya se sabe que en el programa de las hormigas les gusta practicar el pim, pam, pum contra el soberanismo catalán. Este miércoles, nueva prueba de cómo se las gastan en la tertulia de actualidad, donde Lago y sus compañeros de mesa se quedaron a gusto insultando y criticando a Puigdemont o Pedro Sánchez con el tema a debate de la amnistía.

Entre él y un tal Rubén Amón vomitaron su odio con frases como "Hemos pasado de ser indulgentes con unos condenados a quince años de cárcel a decir que en España hay presos políticos y que el Estado tiene que disculparse. Es un extremo inaceptable". O: "Tiene una vertiente que me parece muy dolorosa: yo no he votado a Sánchez ni lo votaré jamás. Ahora bien, es mi presidente y mi presidente me está diciendo que soy un ciudadano peor, con menos derechos y que hay ciudadanos que están por encima de mí y que ahora sobre mi libertad, que si cometo un delito voy a la cárcel, hay un señor que tiene el privilegio de no hacerlo, un delincuente que se escapó de España en el maletero de un coche y que va a volver a España en Falcon".

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Miguel Lago, desbarrando sobre Puigdemont en 'El Hormiguero' / Antena 3

Estas palabras, aparte de falsas, son cobardes. Y lo son porque este supuesto humorista, cuando se trata de dar lecciones e insultar, lo hace hacia Puigdemont, sabiendo que en el programa de Motos le reirán las gracias. Pero cuándo se trata de hacerse el digno comparándose con alguien más, cómo esconde la cabeza bajo tierra como las avestruces. Y precisamente eso es lo que le ha dicho, en forma de sopapo con la mano abierta, Gabriel Rufián. Compartiendo este momento de Lago en El Hormiguero, lo ha humillado con diez palabras, poniendo el nombre, no de Puigdemont, sino de alguien que sí que ha cometido delitos comprobados, sí que ha robado a manos llenas, sí que ha hecho lo que ha querido o lo que le ha dictado su entrepierna, sí que se ha reído en la cara de los ciudadanos, sí que se considera un ciudadano mejor, tal como diría Lago, pero que en cambio, a él le ríen todas las gracias. Hablamos, evidentemente, del rey emérito Juan Carlos. Escribe Rufián: "Tampoco hace falta ser tan duro con Juan Carlos I", con toda la ironía del mundo: