Gabriel Rufián es, aparte del portavoz de ERC en el Congreso y candidato a la alcaldía de Santa Coloma de Gramenet, un ferviente apasionado por el fútbol. Seguidor del Español, también es habitual verlo seguir los partidos de la selección española. A menudo, en sus redes sociales, hemos visto imágenes que acreditan que el deporte más seguido en todo el planeta hace tiempo que también se le metió a él en las venas.
Rufián estará pendiente estos días del Mundial de Qatar, donde veremos, por cierto, a Ansu Fati, uno de los 26 convocados por Luis Enrique por la Roja, aunque les pese a muchos seguidores españoles hiperventilados que no entienden la presencia del jugador del Barça en la convocatoria. Rufián, como haremos muchos futboleros, pasará el mono de la Liga o las competiciones europeas de clubs con la gran cita mundialista. Pero ahora que se ha aplazado el campeonato español hasta cuando se reanude en diciembre, pasado el Mundial, el político ha soltado una sonora galleta con la mano abierta dedicada al Real Madrid y especialmente, a los que lloran quejándose de que los árbitros van en contra del conjunto blanco, que al pobre Vinicius se le puede hacer de todo sin que ningún árbitro lo pare o que habría que meter a Lewandowski en la cárcel por haber osado hacer un gesto de menosprecio hacia el árbitro que lo expulsó en el partido contra Osasuna por rascarse la nariz. Los mismos que por este gesto piden casi una pena de prisión para el delantero polaco, y en cambio, callan como ratas cuándo alguien de los suyos, su técnico, la dice de padre y muy señor mío.
Carlo Ancelotti se quejó después de que el árbitro silbara un penalti en contra del conjunto blanco en el partido contra el Girona por manos de Marco Asensio: "La primera situación es bastante clara, no es penalti porque no coge el balón con la mano. La mano izquierda está en una posición rara, pero no toca el balón con la mano. Se lo han inventado". Pero a pesar de decir que se habían inventado un penalti, se ha ido de rositas. Ninguna sanción para el técnico italiano del Madrid. En cambio, por unas declaraciones similares, el capitán del Valencia José Luis Gayá fue sancionado con cuatro partidos después de un penalti no silbado a favor de su equipo contra Osasuna: "Es la tónica que llevamos esta temporada. Le tienen que avisar de un penalti clarísimo. El árbitro lo ha visto y no lo ha querido pitar. Es lo de siempre. El árbitro, al descanso, nos ha dicho que si hubiera pitado el penalti sobre Bryan lo hubieran quitado desde el VAR porque no había contacto. Y te lo tienes que tragar. Tampoco podemos decir nada porque te sacan tarjeta amarilla como a mí al final del partido sin haberle dicho nada. Es lo que hay, hacen lo que quieren”. ¿Y quién ha comparado los dos hechos, la sanción y la no-sanción? Gabriel Rufián.
El portavoz de ERC en el Congreso ha sido claro. Sopapo brutal a los árbitros españoles. Y el madridismo, ofendido como nunca, le ha saltado a la yugular por decir que "A un jugador del Valencia le sancionaron con 4 partidos tras decir que el árbitro no había querido pitar un penalti y al entrenador del Real Madrid le han sancionado con 0 partidos tras decir que el árbitro se había inventado un penalti, porque el reglamento es igual para todos":
Como escuecen las verdades en el madridismo...