Pau Sabaté tiene 30 años y el mérito que saber catalán le supuso ganar 39.375 euros. Es el bote del desaparecido programa de TV3 El gran dictat de Òscar Dalmau. Merece una entrevista en el diario El País como traductor del griego al catalán de la Ilíada de Homer. La última traducción del clásico tenía ya 40 años y Sabaté osa con una versión en un catalán más llano. Maravilloso reconocer la limpieza a la traducción porque los sabelotodo "la habían arcaizado mucho para darle más majestuosidad".
Con unas credenciales como estas, se hace indispensable saber su diagnóstico sobre el estado actual de la lengua. Y es muy crudo: "Hace un año que vivo en Grecia, y no sé cómo va la cosa, pero es evidente que el catalán tiene un problema político: no vive en normalidad; hasta que no sea oficial, no haremos nada". El periodista de El País Carles Geli lo reprende: "Pero es cooficial" y el vencedor de El gran dictadt no se esconde: "No nos engañemos: se sabe que hay una lengua fuerte y uno otra que se tiene que justificar; la batalla del uso del catalán se puede perder, no es improbable: de joven, en primaria todo era en catalán, y al llegar al instituto, de repente, emergía el castellano como lengua más hablada. Creo que sigue así". Cree bien.
A Pau, que no dice que sea indepe y se ha ido de Catalunya para mejorar su griego, se le entiende todo: el problema es político y la solución para la lengua catalana tendría que pasar por ser la única oficial en Catalunya. Ser cooficial durante 40 años la ha mantenido en un segundo plano. El riesgo de desaparición solo lo tiene una lengua: el catalán.