La noticia salía a la luz durante el pasado fin de semana. Uno de los más reconocibles y polémicos alcaldes de las grandes ciudades de Catalunya habría vivido, presuntamente, un surrealista accidente doméstico que lo hacía acabar en la sala de urgencias del hospital. Xavier García Albiol, la cara visible del PP en Badalona, sufría como nadie las consecuencias de ser un aficionado a la fruta. Al menos, así lo hacía saber el medio Tot Badalona, que se hacía eco a través de la red social X de que el jefe del consistorio se había hecho un corte en un dedo de la mano mientras practicaba la arriesgada actividad de trocear un melón. Sería también a través de las redes sociales que él mismo, poco después de recibir los dos puntos necesarios para paliar el desastre en su falange, aprovecharía para felicitar a los trabajadores del centro por la asistencia recibida.
Con todo, y después de tan sangriento episodio, Albiol se dejaba ver por las calles de la ciudad que gobierna en diferentes actos. Lo ha recogido en su cuenta oficial de Instagram, con más de un carrusel con imágenes de la jornada de bailes y castañas del sábado y la botifarrada del domingo. Fotografías posando con los vecinos de los barrios en las que presume de pasarlo genial en todas estas actividades. Fabulosamente, pero sin olvidar que viste un dedo chungo. Solo hay que ampliar las instantáneas para no perder detalle de su nuevo accesorio en la mano derecha. El dedo vendado, herida de guerra innegable. Maldito melón.
Pues bien, parece que esta historia no era tan verosímil como nos habían hecho saber. Que nadie se asuste, que estas vendas no son parte de un disfraz para el próximo Halloween, ya que el dedo sí que lo tiene fastidiado. En ningún caso por culpa de un melón, sin embargo. Ha sido él mismo quien ha querido aclarar la realidad de todo llamando en directo por la tarde de Catalunya Ràdio. Elisenda Carod y el resto de colaboradores han quedado boquiabiertos al escuchar qué es lo que realmente le pasó. "¡No era un melón!", ha exclamado en un inicio, para seguir destacando que "tengo la costumbre de morderme, a veces, las uñas. Me mordí y se me infectó, se me puso como una pelota de ping-pong". Es decir: que el melón, era un padrastro. Significante similar en catalán (meló y repeló), pero significados que no se cruzan. "Ha sido un malentendido", ha querido aclarar él, reiterando el buen trabajo del personal que lo atendió cuando decidió hacerse daño en un acto de autocanibalismo.
Hacemos repaso por los despistados, que el relato es complejo y no queremos que nadie se maree en el devenir de tan frenética narrativa. Albiol no cortaba melón, pero sí que se comía un padrastro. Un repeló, en catalán. Por lo tanto, el repelador del melón que repela el padrastro, bueno repelador de padrastros de melón será. O no era así. Qué lío.