Los futbolistas son los protagonistas del Mundial de Qatar 2022, pero en las gradas están sus novias. Las WAGS del Mundial las vamos a ir desgranando una por una. Si antes hablábamos de la novia de Harry Kane y hace unos días os explicábamos cómo son las de la selección brasileña, ahora os hablamos sobre Emma Rhys-Jones, la pareja de Gareth Bale. El ex jugador del Real Madrid ha tenido una complicada historia con ella por culpa de la boda, pero por fin se han podido casar y quererse como nunca. Y es que llevan una vida juntos: literalmente desde los 11 años.
Gareth y Emma se conocieron de bien pequeñitos, cuando cursaban los primeros cursos de lo que aquí sería la ESO. Poco a poco empezaron a intimar, hasta tal punto de, pasados unos años, empezar a tener hijos. La época más feliz del futbolista galés se produjo en Madrid, cuando el expreso de Cardiff jugaba en el 14 veces campeón de Europa. Después de los entrenos en el Real Madrid, donde se lesionaba cada dos por tres, Bale volvía a casa y se lo pasaba en grande con su novia. Iban a los mejores restaurantes de la capital, vivían en una buena zona y hacían escapadas románticas. Todo hasta que un día Gareth le pidió matrimonio: algo que, extrañamente, torció la relación. Fue en 2016 cuando el extremo le pidió pasar por el altar. El anillo se convirtió, en vez de en un clímax, en una pesadilla.
Emma le dijo que sí, que se quería casar, pero repentinamente empezaron a pasar cosas en su clan familiar. La boda tuvo que ser postergada hasta en tres ocasiones por distintos motivos, todos ellos relacionados con la polémica familia de Rhys-Jones. Todos ellos relacionados con su padre, menos cuando una vez murió su hermano del que se dijo que se suicidó. Y es que el suegro de Bale es de lo más problemático que se recuerda. Martin, de 55 tacos, fue encarcelado durante años por delitos que podrían estar relacionados con el tráfico de drogas. Él no fue invitado a la boda -tampoco los abuelos de Emma, aunque ellos se dedicaron a cuidarla de pequeña cuando Martin estaba en el paredón-, que sin embargo, se tuvo que posponer.
A posponer una vez tras otra, hasta llegar a la cuarta. A la cuarta va la vencida: Gareth y Emma se pudieron casar sin que Martin les molestara y se interpusiera. Lo hicieron en Tagomago, un diminuto islote de Mallorca en el que solo pudieron acceder los más íntimos de ambos cónyugues. Unas sesenta personas accedieron a la boda más recóndita que se conoce de un futbolista de primer nivel como es el jugador de Cardiff. Gareth quería que Beyoncé fuera una de las estrellas de su casamiento en caso de que este hubiese sido multitudinario, como era la intención en las tres primeras veces. Pero no pudo ser: marido y mujer prefirieron asegurar el tiro y no irse a una quinta boda. Eso sí, cuando el cura los casó se dieron un beso de época. Por fin habían conseguido lo que parecía imposible: casarse. Una historia surrealista: una boda de miedo.
Las dedicatorias a su novia
Siempre que marca un gol, Gareth Bale se lo dedica a su novia con unas manos formando un corazón. Su historia de amor es de las más reales que se conoce en el planeta Tierra.