"¿Quién se va a arriesgar a que se aplique en su colegio, para sus hijos, la sentencia, si la propia Generalitat se alinea con los acosadores? Esta carta que el señor González Cambray ha dirigido a los profesores y que le hemos querido responder, es propia de un régimen totalitario". Palabras de Carlos Carrizosa que han recordado en el Cafè d'idees de Gemma Nierga en TVE antes de entrevistarlo.
El líder de Cs en Catalunya, no se podía saber, ha aprovechado la sentencia sobre el 25% de castellano en las escuelas y lo que ha pasado en una escuela de Canet de Mar para llenarse la boca, una vez más, de supuesta defensa del castellano, cuando en realidad, y de manera nada disimulada, estamos delante de una nueva muestra de catalanofobia.
¿"Le parece que el castellano en Catalunya está siendo despreciado y extirpado? ¿Que no disfruta de una buena salud en nuestro país, en Catalunya?", le pregunta la presentadora, alucinando como cualquiera con dos dedos de razón que escucha algunas sandecesque se están escuchando últimamente desde las españas.
"Claro está que en Catalunya las dos lenguas conviven sin ningún problema en la calle o en los trabajos. Pero en la enseñanza se está debatiendo si una asignatura más en castellano es tan catastrófico para la enseñanza en catalán", responde él. Nierga lo corrige. "Señor Carrizosa, no se está debatiendo una asignatura, sino el modelo de inmersión lingüística".
Nierga le sigue preguntando sobre si entiende a estas familias que dicen que por la denuncia de una familia, todos tengan que cambiar su modelo de aprendizaje.
¿Y qué hace Carrizosa? Echa mano de Twitter para poner encima de la mesa una comparación abyecta sobre la lengua y la educación catalanas y el racismo en los Estados Unidos: "En las redes sociales se está comparando la denuncia de una niña negra en los años sesenta en el estado de Lousiana que decía: 'Oiga, que me apliquen la Constitución, que yo quiero estudiar con los blancos'. Y llevaron a la niña de 5 años con escolta porque la gente de Lousiana no quería estudiar con una niña negra".
"¿De verdad lo ve comparable con lo que sufría esta niña"?. La cara de Nierga, un poema después de oír una estupidez tras otra, como cuándo Carrizosa pone el nombre de Rosa Parks encima de la mesa.
"No hay ningún criterio pedagógico, todo es político". Nierga lo vuelve a corregir: "Hay un criterio lingüístico". Carrizosa sigue vendiendo humo y populismo: "¿Si un niño hace las matemáticas en castellano, eso supone el hundimiento de la enseñanza en catalán?". Nierga se la devuelve, en forma de galleta: "Le giro el argumento, si el niño hace matemáticas en catalán, ¿se hunde la lengua castellana, se hunde el sistema"?. Carrizosa, evidentemente, no responde y vuelve con la anécdota de una sola asignatura.
Carrizosa se esfuerza en resultar convincente, pero a cada frase que dice es más grotesco. Ahora, sobre el poco nivel académico, dice él, que tienen los estudiantes en Catalunya sobre el castellano. Nierga le para los pies:
Pasan a hablar de otro esperpento, el de la gran bandera española que llevaron ante el Parlament de Catalunya el día de la Constitución. Una gran rojigualda de 51 metros. La presentadora, maravillosa, como en toda la entrevista, le hace la pregunta que toca: "¿Eso no es nacionalismo"?. Carrizosa se sale por la tangente y Nierga ríe por no llorar, convencida de estar hablando contra una pared:
Los espectadores alucinan: