Acaba la temporada y es hora de poner notas. Hay huesos duros de corroer, como intentar hacer TV en catalán alternativa a TV3. Mientras la nueva 8tv de Nicola Pedrazzoli calienta motores, TVE Catalunya acaba su primer año de competición con buenas propuestas y subiendo de audiencia. Nombres como Xavier Sardà, Tània Sàrrias y la imprescindible Gemma Nierga. Está de moda porque la serie de Movistar Reyes de la noche tiene un personaje femenino vagamente inspirado en lo que ella hacía de madrugada en SER Catalunya, el mítico Parlar per parlar.
Era tan buena que la fagocitó Madrid para toda España. Hablar por hablar. El programa de llamadas era mucho mejor que el engendro de su alter ego de ficción, la trepa de la serie. Nada que ver con la gran Nierga. La periodista gerundense de 55 años ha consolidado su programa Cafè d'idees. Un modesto espacio matinal en La 2 con un presupuesto infinitamente menor que el de Mònica López en La 1. Ha conseguido entrevistas con más repercusión y tiene mucho mejores críticas e influencia que la meteoróloga en la cadena grande. Gemma Nierga ha encontrado su lugar en Barcelona con su marido y sus dos hijos.
Nierga lleva 17 años casada con un político, el exconcejal del Ayuntamiento comunista de Córdoba, José Antonio Cabanillas. Era la única capital de provincia en manos de Izquierda Unida y gracias a eso eran muy populares. La boda civil la celebró la alcaldesa Rosa Aguilar. Ahora viven en Barcelona donde él ejerce de abogado en un bufete de carácter social, Defensa Legal. Una familia discreta, que no enseña en Instagram, con dos hijos, Arnau y Pau, que tienen 11 y 15 años.
Gemma Nierga cae bien a todo el mundo. Es de las mejores profesionales de Catalunya: presenta al mismo tiempo en la "proindepe" TV3, Els meus padres, y en la poco indepe TVE. Hace un libro con Jordi Cuixart o prepara una sección, efímera, en El programa de AR. No hay dos estrellas de la TV más opuestas que Nierga y Ana Rosa Quintana. Y trabajó para ella. Es una grande. Cuestionarla es hablar por hablar.