Este domingo, más o menos a la misma hora, pudimos comprobar la cara alegre y la cara amarga de la vida, reflejada en los rostros de una misma pareja, la que forman desde hace unas semanas Marc Márquez y Gemma Pinto. El piloto de MotoGP y su nueva pareja, la modelo e influencer catalana, vivían a la misma hora dos momentos que están a las antípodas el uno del otro. Por una parte, un momento que hizo que el piloto de Cervera saliera de su box con esta cara de vinagre y preocupación que ven en la foto que ilustra esta pieza. Cara de pocos amigos, y no es para menos, después de constatar cómo ha tenido que volver a pasar por un mal trago con su moto. El piloto ha vivido un fin de semana para olvidar en el circuito de Sachsenring, dónde se ha disputado el Gran Premio de Alemania.

Marc Márquez, fin de semana para olvidar en Alemania / @marcmarquez93
Marc Márquez, fin de semana para olvidar en Alemania / @marcmarquez93
Marc Márquez, fin de semana para olvidar en Alemania / @marcmarquez93

¿Por qué? En resumen, porque no ha parado de caer. Hasta cinco veces, tanto en los entrenamientos, como en la qually, como la carrera al sprint como el warm up del domingo por la mañana previo a la carrera. ¿Resultado? Harto, dolorido y lesionado, dijo que no corría en la carrera y que se tiene que recuperar. Con el tobillo inflado, el piloto pasó el domingo lejos de su moto, sentado en el sofá y mirando el partido de la selección española en la final de la Nations League.

 

A muchos kilómetros de donde Márquez ha vivido un via crucis, su pareja, Gemma Pinto, tenía una cara bien diferente. En un lugar paradisiaco de Catalunya, con un sol espléndido, tocaban campanas de boda. Un rictus de alegría máxima, de felicidad absoluta, de día grande y emocionante en su vida, que contrastaba con la cara de su novio. Porque Gemma, evidentemente sin Marc, ha ido de bodorrio. Boda especial para ella, ya que se casaba una buena amiga. Y Pinto, radiante y con un lookazo espectacular, ha compartido con sus seguidores las imágenes más emotivas y preciosas de un día que no olvidará nunca.

Gemma Pinto, de boda

Con un vestido brutal de color azul y blanco, con estampado de flores, el momento culminante ha sido la celebración de amistad que ella, la novia y el resto de amigas han tenido en plena fiesta, durante el baile y la discoteca, todas juntas abrazadas y eufóricas, locura comprensible y estallido total:

Así es la vida, unos sonríen exultantes y otros tienen la cara que les llega al suelo cuando sufren un nuevo revés en una temporada que está siendo para olvidar. Seguro que los dos tendrán ganas de reencontrarse y compartir cómo les ha ido el fin de semana. Y seguro que la alegría de Gemma contagiará a Marc y volverá más fuerte y con más ganas cuando se recupere de esta nueva sacudida en forma de lesión.