Gene Hackman es la última gran estrella del cine viva. Dejando de lado la popularidad de Harrison Ford o la vena artística de Clint Eastwood, Hackman es El ACTOR, con mayúsculas. No ha hecho ni una peli mala en toda su vida. No ha interpretado un mal papel en toda su carrera. Los fans lo han visto marcharse del cine sin hacer ruido, de repente. Un buen día alguien se preguntó: ¿y Gene Hackman? ¿Ya no hace pelis? Y se publicó que sufre de Alzheimer pero en realidad tiene problemas de corazón y vive asqueado de Hollywood. Las enfermedades apartan a las estrellas como la que afecta a Jack Nicholson, otro grande entre los grandes. Pero Gene Hackman tiene algo indiscutible, de buen actor, de personalidad sin imposturas, de anti-estrella de Hollywood, de obrero de la actuación. Él es la razón para amar el cine. Este 30 de enero ha hecho 93 años y los fans, como el crítico Toni Vall, han encontrado una imagen reciente del actor cambiado, feliz, sonriente, muy grande, de edad y de presencia:
Hace años que está retirado, ha hecho literatura, llenó titulares por su supuesta muerte, pero su representante aclaró que está vivo y saludable, y dedicado a escribir libros. Hackman actuó por última vez en el 2004, a la olvidable comedia "Bienvenido en Mooseport", y cuatro años después confirmó que se había cansado y no echaba de menos Hollywood. Ha publicado cinco novelas de ficción que van del drama legal al western. La más reciente, Pursuit (2013), es un thriller. La gota del vaso fue un test de esfuerzo. El médico le desaconsejó cualquier actividad con estrés, y el cine perdía al mejor.
Tiene dos Óscars por mejor actor a French Connection y por mejor secundario en Sin perdón, pero tiene papeles que forman parte de la Historia del cine, maravilloso policía anti KKK en Misisipi burning, Lex Luthor insuperado a la saga Superman, abogado de las pelis de las novelas de Jonh Grisham, como The firm o Cámara de gas, presidente de los EE.UU. corrupto en Poder absoluto, pelis de submarinos opresivas como Marea roja... Su presencia mejora cualquier escena, cualquier película. Justifica pasar por taquilla. Eso es ser una estrella.
Los seguidores de Toni Vall lo tienen claro:
Qué diferencia en la dignidad envejeciendo con su compañero en La tapadera, The firm. Un Tom Cruise operado e inflado como un pavo. Cruise ha sido durante muchos años la gran estrella de Hollywood. Cada película suya era un blockbuster, un éxito de taquilla, un acontecimiento. Solo hace grandes producciones, de ciencia ficción o acción, "palomiteras", sin más propósito que el entretenimiento adrenalínico sus dos últimas películas postergadas a causa de la Covid, son Misión Imposible 7 y Top gun 2. La séptima película con Cruise interpretando Ethan Hunt, un espía internacional, y la continuación de Top gun, donde interpreta a un piloto de aviones de guerra. Tom Cruise ha hecho como el otro protagonista de Top gun, Val Kilmer. Se ha operado tantas veces que ha acabado deformándosele la cara.
TOM CRUISE ANTES:
Tom Cruise, GTRES
TOM CRUISE AHORA A LOS 60:
Tom Cruise, twitter
Tom Cruise ha reaparecido inflado como un pavo, grande de las mejillas como si se hubiera pinchado un exceso de bótox o se hubiera pasado con la cirugía estética cara a la promoción de sus dos estrenos. Puede ser su permanente lucha para aparecer más alto y más joven de lo que es. A los 60 años ya no es aquel joven de Top gun 1. Demasiado bisturí, tinte y bótox. Mejor Gene Hackman a los 93.